viernes, 16 de noviembre de 2018

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20181118




El cristiano que pretende ser consecuente con su fe no está exento de enfrentar ataques y descalificaciones. Si defiende la vida desde la concepción, le tildan de conservador. Si acoge a los migrantes sin distingos, aunque sea el mismo papa Francisco quien lo haga, es tildado de inmigracioncista, como le sucedió a S. S. Francisco por parte de algunos obispos africanos a inicios del presente año. En estos tiempos tan confusos, donde los hechos parecen perder vigencia ante los dichos, estamos expuestos a la llamada "post-verdad", entendida ésta como una dependencia acrítica de las propias creencias y emociones en detrimento de la objetividad. El intercambio de descalificaciones es más doloroso cuando proviene de otros hermanos en la fe. Es el llamado "fuego amigo". En esta hora de crisis, estamos urgidos de la sabiduría del Evangelio para no dejarnos confundir por propuestas mentirosas.

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