DIOS QUE LLEGA
El profeta Isaías, al igual que Juan Bautista,
asumieron una misión complicada, como sin duda lo era, anunciar la inminente
llegada de Dios y de su enviado. El pueblo que recibía dicho mensaje vivía en
una prolongada situación de crisis social y religiosa. Los habitantes de
Jerusalén recién habían regresado del destierro en Babilonia, vivían una
especie de segundo éxodo, regresando de una tierra extranjera volverían a
ocupar Jerusalén. El Evangelio nos presenta por su parte a Juan Bautista,
informando a los israelitas de toda condición que le piden el bautismo, que el
enviado definitivo de Dios los renovará con el Espíritu Santo, inaugurando la
verdadera salvación. Ambos mensajeros sabían que su mensaje no era tan fácil de
acoger por parte de un pueblo desencantado. La escena del bautismo y la
revelación de Jesús como Hijo predilecto de Dios, llenó de confianza y
certidumbre al Bautista. Dios estaba cumpliendo su promesa.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Mt 3, 16-17
Inmediatamente después de que Jesús recibió el
bautismo, se abrieron los cielos y el Espíritu Santo se posó sobre él en forma
de paloma, y resonó la voz del Padre que decía: "Éste es mi Hijo amado, en
quien he puesto todo mi amor".
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que proclamaste
solemnemente a Jesucristo como tu Hijo muy amado, cuando, al ser bautizado en
el Jordán, descendió el Espíritu Santo sobre él, concede a tus hijos de
adopción, renacidos del agua y del Espíritu Santo, que se conserven siempre
dignos de tu complacencia.
Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Se revelará la gloria del Señor y todos los hombres
la verán.
Del libro del profeta Isaías: 40, 1-5. 9-11
"Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice
nuestro Dios. Hablen al corazón de Jerusalén y díganle a gritos que ya terminó
el tiempo de su servidumbre y que ya ha satisfecho por sus iniquidades, porque
ya ha recibido de manos del Señor castigo doble por todos sus pecados".
Una voz clama: "Preparen el camino del Señor
en el desierto, construyan en el páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo
valle se eleve, que todo monte y colina se rebajen; que lo torcido se enderece
y lo escabroso se allane. Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los
hombres la verán". Así ha hablado la boca del Señor.
Sube a lo alto del monte, mensajero de buenas
nuevas para Sión; alza con fuerza la voz, tú que anuncias noticias alegres a
Jerusalén. Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá: "Aquí
está su Dios. Aquí llega el Señor, lleno de poder el que con su brazo lo domina
todo. El premio de su victoria lo acompaña y sus trofeos lo anteceden. Como
pastor apacentará su rebaño; llevará en sus brazos a los corderitos recién
nacidos y atenderá solícito a sus madres”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL**
Del salmo 103, lb-2. 3-4. 24-25. 27-28. 29-30
R/. Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío,
inmensa es tu grandeza. Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve
como un manto. R/.
Por encima de las aguas construyes tu morada. Las
nubes son tu carro; los vientos, tus alas y mensajeros; y tus servidoras, las
ardientes llamas. R/.
¡Qué numerosas son tus obras, Señor, y todas las
hiciste con maestría! La tierra está llena de tus creaturas, y tu ruar, enorme
a lo largo y a lo ancho, está lleno de animales pequeños y grandes. R/.
Todos los vivientes aguardan que les des de comer a
su tiempo; les das el alimento y lo recogen, abres tu mano y se sacian de
bienes. R/
Si retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve
al polvo. Pero envías tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la
tierra. R/.
SEGUNDA LECTURA
Él nos salvó mediante el bautismo, que nos regenera
y nos renueva, por la acción del Espíritu Santo.
De la carta del apóstol san Pablo a Tito: 2, 11-14;
3, 4-7
Querido hermano: La gracia de Dios se ha
manifestado para salvar a todos los hombres y nos ha enseñado a renunciar a la
vida sin religión y a los deseos mundanos, para que vivamos, ya desde ahora, de
una manera sobria, justa y fiel a Dios, en espera de la gloriosa venida del
gran Dios y salvador, Cristo Jesús, nuestra esperanza. Él se entregó por nosotros
para redimirnos de todo pecado y purificarnos, a fin de convertirnos en pueblo
suyo, fervorosamente entregado a practicar el bien.
Al manifestarse la bondad de Dios, nuestro
salvador, y su amor a los hombres, él nos salvó, no porque nosotros hubiéramos
hecho algo digno de merecerlo, sino por su misericordia Lo hizo mediante el
bautismo, que nos regenera y nos renueva, por la acción del Espíritu Santo, a
quien Dios derramó abundantemente sobre nosotros, por Cristo, nuestro salvador.
Así, justificados por su gracia, nos convertiremos en herederos, cuando se
realice la esperanza de la vida eterna. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 3, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene otro más poderoso que yo, dijo Juan el
Bautista; él los bautizará con él Espíritu Santo y con fuego. R/.
EVANGELIO
Después del bautismo de Jesús, el cielo se abrió.
Del santo Evangelio según san Lucas: 3, 15-16.
21-22
En aquel tiempo, como el pueblo estaba en
expectación y todos pensaban que quizá Juan el Bautista era el Mesías, Juan los
sacó de dudas, diciéndoles: "Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya
viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus
sandalias. El los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego".
Sucedió que entre la gente que se bautizaba,
también Jesús fue bautizado. Mientras éste oraba, se abrió el cielo y el
Espíritu Santo bajó sobre él en forma sensible, como de una paloma, y del cielo
llegó una voz que decía: "Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me
complazco". Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FFE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó
al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la
derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL:
Oremos, hermanos a nuestro Salvador, que quiso ser
bautizado para santificar nuestro bautismo y renovar por él al hombre caído, y
pidámosle que se compadezca de quienes ha querido que fueran sus hermanos:
Para que Cristo, el Siervo de Dios, en quien el Padre
se complace, mire con amor a todos los que se preparan para el bautismo o la
confirmación o preparan el bautismo de sus hijos, roguemos al Señor.
Para que Cristo, el Elegido de Dios, para llevar el
derecho a las naciones, ilumine a los que buscan a Dios con sinceridad de
corazón les haga oír la voz potente y magnífica del Padre, que los llama a
escuchar a su Hijo amado, y los conduzca hacia el bautismo, roguemos al Señor.
Para que Cristo, el Enviado del Padre, que no
quiebra la caña resquebrajada ni apaga la mecha que aún humea conceda la salud
a los que viven oprimidos por el diablo, roguemos al Señor.
Para que Cristo, el Hijo amado, que quiso ser
bautizado en el Jordán para dar fuerza a nuestro bautismo, nos haga descubrir y
amar la grandeza del bautismo cristiano, don del amor de Dios a los hombres,
roguemos al Señor.
Padre todopoderoso, que haces resonar tu voz
magnífica en las aguas del bautismo y en la unción de la confirmación, escucha
nuestras oraciones y concede a los bautizados cumplir fielmente las promesas de
su bautismo y ser testigos valientes de la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la
manifestación de tu Hijo muy amado, para que la oblación de tus hijos se
convierta en el mismo sacrificio de aquel que quiso en su misericordia lavar
los pecados del mundo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO
El Bautismo del Señor.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno. Porque mostraste en el Jordán con signos admirables el
misterio del nuevo bautismo, para que por aquella voz, venida del cielo,
creyéramos que tu Palabra ya estaba habitando en nosotros y, por el Espíritu
Santo, que descendió en forma de paloma, se supiera que Cristo, tu Siervo, era
ungido con óleo de alegría y enviado a anunciar el Evangelio a los pobres. Por
eso, a una con los coros de ángeles, te alabamos continuamente en a tierra, aclamando
sin cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Jn 1, 32. 34
Éste es aquél de quien Juan decía: Yo lo he visto y
doy testimonio de que él es el Hijo de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados con estos sagrados dones, imploramos, Señor,
tu clemencia, para que, escuchando fielmente a tu Unigénito, nos llamemos y
seamos de verdad hijos tuyos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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