EL ESPÍRITU LO ACLARARÁ TODO
El Señor Jesús continúa comunicando consejos y
advertencias finales a los discípulos. En primer lugar, les garantiza su
asistencia por mediación del Espíritu Santo. Aunque se resienta la falta de su
presencia física, él no los dejará desamparados. La promesa de asistencia por
parte del Espíritu Santo comienza a cumplirse en las circunstancias novedosas
que experimentaba la comunidad cristiana al abrir la misión a los gentiles.
Cuando se suscitan conflictos internos sobre la manera de admitir a los no
judíos dentro de la Iglesia, observamos que prevalece una actitud de franqueza
y de diálogo para enfrentar dicha situación. Los apóstoles están convencidos de
la íntima unión existente entre Jesucristo y el Padre y a su vez entre
Jesucristo y ellos, por eso mismo, proceden con la certidumbre de saberse
invitados a dejarse guiar por Jesucristo y su Espíritu. En ese clima de
discernimiento encuentran una solución sensata ante los nuevos tiempos.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 48, 20
Con voz de júbilo, anúncienlo; que se oiga. Que
llegue a todos los rincones de la tierra: el Señor ha liberado a su pueblo.
Aleluya.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, concédenos continuar celebrando
con incansable amor estos días de tanta alegría en honor del Señor resucitado,
y que los misterios que hemos venido conmemorando se manifiesten siempre en
nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido no
imponerles más cargas que las necesarias.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 15, 1-2.
22-29
En aquellos días, vinieron de Judea a Antioquía
algunos discípulos y se pusieron a enseñar a los hermanos que si no se
circuncidaban conforme a la ley de Moisés, no podrían salvarse.
Esto provocó un altercado y una violenta discusión
con Pablo y Bernabé; al fin se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más fueran
a Jerusalén para tratar el asunto con los apóstoles y los presbíteros.
Los apóstoles y los presbíteros, de acuerdo con
toda la comunidad cristiana, juzgaron oportuno elegir a algunos de entre ellos
y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Los elegidos fueron Judas (llamado
Barrabás) y Silas, varones prominentes en la comunidad. A ellos les entregaron
una carta que decía:
"Nosotros, los apóstoles y los presbíteros,
hermanos suyos, saludamos a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia,
convertidos del paganismo. Enterados de que algunos de entre nosotros, sin
mandato nuestro, los han alarmado e inquietado a ustedes con sus palabras,
hemos decidido de común acuerdo elegir a dos varones y enviárselos, en compañía
de nuestros amados hermanos Bernabé y Pablo, que han consagrado su vida a la
causa de nuestro Señor Jesucristo. Les enviamos, pues, a Judas y a Silas,
quienes les transmitirán, de viva voz, lo siguiente: 'El Espíritu Santo y
nosotros hemos decidido no imponerles más cargas que las estrictamente
necesarias. A saber: que se abstengan de la fornicación y de comer lo inmolado
a los ídolos, la sangre y los animales estrangulados. Si se apartan de esas
cosas, harán bien'. Los saludamos". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 66, 2-3. 5. 6. 8
R/. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Aleluya.
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor,
tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora.
R/.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al
mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a
las naciones. R/.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los
pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el
mundo entero. R/.
SEGUNDA LECTURA
Un ángel me mostró la ciudad santa, que descendía
del cielo
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan:
21,10-14. 22-23
Un ángel me transportó en espíritu a una montaña
elevada, y me mostró a Jerusalén, la ciudad santa, que descendía del cielo,
resplandeciente con la gloria de Dios. Su fulgor era semejante al de una piedra
preciosa, como el de un diamante cristalino.
Tenía una muralla ancha y elevada, con doce puertas
monumentales, y sobre ellas, doce ángeles y doce nombres escritos, los nombres
de las doce tribus de Israel. Tres de estas puertas daban al oriente, tres al
norte, tres al sur y tres al poniente. La muralla descansaba sobre doce
cimientos, en los que estaban escritos los doce nombres de los apóstoles del
Cordero.
No vi ningún templo en la ciudad, porque el Señor
Dios todopoderoso y el Cordero son el templo. No necesita la luz del sol o de
la luna, porque la gloria de Dios la ilumina y el Cordero es su lumbrera.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 23
R/. Aleluya, aleluya.
El que me ama, cumplirá mi palabra dice el Señor; y
mi Padre lo amará y vendremos a él. R/.
EVANGELIO
El Espíritu Santo les recordará todo cuanto les he
dicho. R/.
Del santo Evangelio según san Juan: 14, 23-29
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y
haremos en él nuestra morada.
El que no me ama no cumplirá mis palabras. Y la
palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió. Les he
hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Paráclito, el Espíritu
Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les
recordará todo cuanto yo les he dicho.
La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy como
la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir: `Me voy,
pero volveré a su lado'. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre,
porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para
que cuando suceda, crean". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo
y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a
los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí
ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa
Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Unidos a Cristo, que intercede siempre por
nosotros, elevemos, hermanos, nuestras súplicas al Padre diciendo: Te rogamos,
Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para que el que estaba muerto y ahora vive por los
siglos de los siglos conceda a la Iglesia ser, con firmeza y valentía,
testimonio perseverante de su resurrección, roguemos al Señor.
Para que el resucitado, que dio a los apóstoles su
paz, quiera concederla también en abundancia a todos los pueblos, roguemos al
Señor.
Para que el vencedor de la muerte transforme los
sufrimientos de los enfermos, de los moribundos y de todos los que sufren en
aquella alegría que nunca nadie les podrá quitar, roguemos al Señor.
Para que el que tiene las llaves de la muerte y de
su reino nos conceda celebrar un día su resurrección con los ángeles y los
santos en su reino, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que has prometido hacer morada en
aquel que escucha tu palabra y la guarda, escucha nuestra oración y envíanos el
Espíritu Santo, para que nos recuerde constantemente todo lo que Cristo ha
dicho y enseñado y nos haga capaces de dar testimonio de ello con nuestras
obras y palabras. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y
glorioso, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Suba hasta ti, Señor, nuestra oración, acompañada
por estas ofrendas, para que, purificados por tu bondad, nos dispongas para
celebrar el sacramento de tu inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Prefacio de Pascua I
El misterio pascual
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo, en
que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado. Porque Él es el Cordero de Dios que
quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando,
restauró la vida. Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se
desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los
arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna
en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 14, 15-16
Si me aman, cumplirán mis mandamientos, dice el
Señor; y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Abogado, que permanecerá con
ustedes para siempre. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que, por la
resurrección de Cristo, nos has hecho renacer a la vida eterna, multiplica en
nosotros el efecto de este sacramento pascual, e infunde en nuestros corazones
el vigor que comunica este alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
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