jueves, 30 de mayo de 2019

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20190602




San Lucas (Lc 24, 46-53) enfatiza, en el relato dela Ascensión, que se ha verificado un cambio de época. El tiempo y la misión de Jesús en la tierra de Israel ha llegado a su término, ahora da inicio el tiempo de la misión cristiana. El mensajero Jesús se convierte en mensaje. En el nombre de Jesús se ofrece el perdón y la reconciliación a quien se decida a creer. El cumplimiento de tan grande misión excedía las capacidades de los discípulos. Eran demasiado débiles y carentes de elocuencia para convencer a los sabios y entendidos. Jesús los alecciona asegurándoles que la misión de proclamar el mensaje será cumplida con la fuerza de Dios. La misión continúa sobrepasándonos. Nuestra indiferencia y debilidad nos desalientan. El Espíritu del Padre que nos ungió desde el bautismo, nos sigue fortaleciendo para servir a los hermanos, viviendo como lo que somos: hijos del Dios misericordioso y fiel que resucitó a su Hijo.


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