viernes, 13 de diciembre de 2019

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20191215





De reformas, renovaciones y proyectos de transformación está empedrado "el camino al infierno". Las buenas intenciones son insuficientes. La voluntad de transformar una nación, una diócesis, o cualquier institución no es suficiente. Además de la intencionalidad hace falta planeación, estrategia y la colaboración de los que estén involucrados en dicho proceso de cambio. El Señor Jesús se legitimó ante los discípulos enviados por Juan por las acciones curativas que cumplía. La autoridad alcanza su legitimidad cuando consigue los fines y objetivos planeados. Quien dispone de enorme poder económico, del mando militar y goza del mandato democrático, tiene que entregar resultados favorables. No hay lugar para excusas, ni descalificaciones. La paciencia ciudadana será necesaria. Habrá que tenerla. Sin embargo, la rendición de cuentas tendrá que llegar oportunamente. Los hechos son los que hablan.

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