UNA CONVERSIÓN EXIGENTE
Is 11, 1-10; Rom 15, 4-9; Mt 3, 1-12
La predicación profética de Juan Bautista caló hondo en la
vida de Israel. El pueblo llevaba cerca de un siglo viviendo bajo la ocupación
romana. El sumo sacerdote y el perfecto romano mantenían una estrecha
cooperación que terminaba por perjudicar a la gente común. Ese arreglo perverso
equivalía a negar la soberanía de Dios en medio de Israel. Si los hijos de
Israel pretendían ser hijos de Dios eso imponía cumplir unas exigencias éticas.
No basta con subir al templo, para entonar himnos y presentar ofrendas, es
indispensable darle a cada israelita el trato respetuoso que amerita una
relación fraternal. Quienes acogieran el mensaje del profeta, confesarían sus
pecados al momento de recibir el bautismo, como un compromiso libre y
voluntario de conversión. La simulación y el engaño no tenían cabida. Juan les
exige vivir esa ritual de conversión de forma transparente.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 30, 19. 30
Pueblo de Sión, mira que el Señor va a venir para salvar a
todas las naciones y dejará oír la majestad de su voz para alegría de tu
corazón.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, haz que ninguna ocupación
terrena sirva de obstáculo a quienes van presurosos al encuentro de tu Hijo,
antes bien, que el aprendizaje de la sabiduría celestial, nos lleve a gozar de
su presencia. El, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Les hará justicia a los pobres.
Del libro del profeta Isaías: 11, 1-10
En aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, un
vástago florecerá de su raíz. Sobre él se posará el espíritu del Señor,
espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu
de piedad y temor de Dios.
No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas;
defenderá con justicia al desamparado y con equidad dará sentencia al pobre;
herirá al violento con el látigo de su boca, con el soplo de sus labios matará
al impío. Será la justicia su ceñidor, la fidelidad apretará su cintura.
Habitará el lobo con el cordero, la pantera se echará con el
cabrito, el novillo y el león pacerán juntos y un muchachito los apacentará La
vaca pastará con la osa y sus crías vivirán juntas. El león comerá paja con el
buey.
El niño jugará sobre el agujero de la víbora; la criatura
meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por
todo mi monte santo, porque así como las aguas colman el mar, así está lleno el
país de la ciencia del Señor.
Aquel día la raíz de Jesé se alzará como bandera de los
pueblos, la buscarán todas las naciones y será gloriosa su morada.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 71, 1-2. 7-8.12-13.17.
R/. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es
hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu
pueblo justamente. R/.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras
era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra.
R/.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que reencuentra
sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado.
R/.
Que bendigan al Señor eternamente, y tanto como el sol, viva
su nombre. Que él sea la bendición del mundo entero y lo aclamen dichoso las
naciones. R/.
SEGUNDA LECTURA
Cristo salvó a todos los hombres.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 15, 4-9
Hermanos: Todo lo que en el pasado ha sido escrito en los
libros santos, se escribió para instrucción nuestra, a fin de que, por la
paciencia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza.
Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, les conceda a
ustedes vivir en perfecta armonía unos con otros, conforme al espíritu de
Cristo Jesús, para que, con un solo corazón y una sola voz alaben a Dios, Padre
de nuestro Señor Jesucristo.
Por lo tanto, acójanse los unos a los otros como Cristo los
acogió a ustedes, para gloria de Dios. Quiero decir con esto, que Cristo se
puso al servicio del pueblo judío, para demostrar la fidelidad de Dios,
cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas y que por su misericordia los
paganos alaban a Dios, según aquello que dice la Escritura: Por eso te alabaré
y cantaré himnos a tu nombre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Le 3, 4. 6
R/. Aleluya, aleluya.
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y
todos los hombres verán al Salvador. R/.
EVANGELIO
Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos.
Del santo Evangelio según san Mateo: 3, 1-12
En aquel tiempo, comenzó Juan el Bautista a predicar en el
desierto de Judea, diciendo: "Conviértanse, porque ya está cerca el Reino
de los cielos". Juan es aquel de quien el profeta Isaías hablaba, cuando
dijo: Una voz clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus
senderos.
Juan usaba una túnica de pelo de camello, ceñida con un
cinturón de cuero, y se alimentaba de saltamontes y de miel silvestre. Acudían
a oírlo los habitantes de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región cercana
al Jordán, confesaban sus pecados y él los bautizaba en el río.
Al ver que muchos fariseos y saduceos iban a que los
bautizara, les dijo: "Raza de víboras, ¿quién les ha dicho que podrán
escapar al castigo que les aguarda? Hagan ver con obras su conversión y no se
hagan ilusiones pensando que tienen por padre a Abraham, porque yo les aseguro
que hasta de estas piedras puede Dios sacar hijos de Abraham. Ya el hacha está
puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé fruto, será cortado y
arrojado al fuego.
Yo los bautizo con agua, en señal de que ustedes se han
convertido; pero el que viene después de mí, es más fuerte que yo, y yo ni
siquiera soy digno de quitarle las sandalias. El los bautizará en el Espíritu
Santo y su fuego. Él tiene el bieldo en su mano para separar el trigo de la
paja. Guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se
extingue". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo
y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor,
Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios
de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros,
los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu
Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Salgamos al encuentro del Señor, que se acerca a nosotros
con designios de paz, y presentémosle confiados nuestra plegaria. Digamos
confiadamente: Ven Señor Jesús. (R/. Ven Señor Jesús.)
Para que la Iglesia viva alegre, sin inquietarse por nada,
y, llena de esperanza, crea que el Señor está cerca de ella, roguemos al Señor.
Para que nuestro tiempo, con la ayuda de Dios, goce de
seguridad, de alegría y de paz, roguemos al Señor.
Para que el Señor, con su venida, conforte los corazones
abatidos y fortalezca las rodillas que se doblan, roguemos al Señor
Para que nuestra fe crea firmemente en los dones que Dios
nos promete y, ayudados por la gracia divina, nos dispongamos a recibir los
auxilios que él nos envía, roguemos al Señor.
Escucha, Dios todopoderoso y eterno, nuestras oraciones y
suscita en nosotros el deseo de una verdadera conversión, para que, renovados
por el Espíritu Santo, hagamos presente en toda relación humana aquella
justicia y aquella paz que la Encarnación de tu Hijo hizo florecer en nuestra
tierra. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes súplicas y
ofrendas, y puesto que no tenemos merecimientos en qué apoyarnos, socórranos el
poderoso auxilio de tu benevolencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Cristo, Señor y Juez de la historia
En verdad es justo darte gracias, es nuestro deber cantar en
tu honor himnos de bendición y de alabanza, Padre todopoderoso, principio y fin
de todo lo creado. Tú nos has ocultado el día y la hora en que Cristo, tu Hijo.
Señor y juez de la historia, aparecerá sobre las nubes del cielo, revestido de
poder y de gloria. En aquel día terrible y glorioso pasará la figura de este
mundo y nacerán los cielos nuevos y la tierra nueva. E] mismo Señor que
entonces se nos mostrará lleno de gloria, viene ahora a nuestro encuentro en
cada hombre y en cada acontecimiento, para que lo recibamos en la fe y por el
amor demos testimonio de la espera dichosa de su Reino. Por eso, anhelando su
venida gloriosa, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu
gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos
están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Bar 5, 5; 4, 36
Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, para que con-temples
la alegría que te viene de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados por el alimento que nutre nuestro espíritu, te
rogamos, Señor, que, por nuestra participación en estos misterios, nos enseñes
a valorar sabiamente las cosas de la tierra y a poner nuestro corazón en las
del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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