sábado, 28 de diciembre de 2019

Lo primero es la familia





José: En él vemos la figura del esposo. De esa persona que sueña con cuidar a la familia, a la esposa y a los hijos… acompaña el proceso, pero cuida de ella ante el mundo. Esa figura de José que se encarga de proteger y seguir el rumbo marcado por Dios. Hoy tú, como padre de familia, pídele a san José que te ayude a descubrir cuál es el paso a caminar con tu familia, por dónde ir y hacia dónde ver el objetivo como familia. Pídele por tu trabajo y por cómo cuidar a aquellos que integran la familia. Que san José custodie tu vida.

María: Allí está la figura materna. Esa madre que está en la interioridad de cada uno de los que integran la familia. Esa mamá que con solo mirar a los hijos o al marido sabe si están bien o mal… en María vemos a esa mamá que muchas veces tiene que hacerse pulpo para llegar a todo. Esa esposa que tiene que poner en momentos el paño frío ante ciertas situaciones y en ciertos momentos exigir, porque ve que se va desordenando todo. Pienso incluso en esas mamás y esposas que luchan día a día por la dignidad de su familia.

Jesús: Pienso en esos hijos que tienen que ponerse al hombro a su familia. En esos hijos maduros o inmaduros, pero que son parte de esa familia y dan vida. Pienso en esos hijos que cuidan desde el cielo a sus padres porque en lo ilógico de la vida, hay hijos que se van antes que sus padres, y ese dolor es intragable, porque pasarán los años y se buscará la forma de entender; pero no, solo la fe aparece aquí. Hoy son esos Jesús que acompañan a sus padres y hermanos. Hoy tú eres ese hijo que también puede dar vida a tus padres con un simple «hola», o con una flor que lleve al cementerio o con un abrazo de los buenos.

 Por Carlos L. Rodriguez Zía
Misioneros Digitales Católicos



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