A fuerza de repetir rituales litúrgicos podemos vaciarlos de
su verdadero sentido. La rutina puede degradar las prácticas religiosas de los
creyentes Juan Bautista percibió la descomposición de la vida cultual en
Jerusalén. Por eso se propuso despertar la conciencia de Israel por medio de su
mensaje profético. Sin embargo, no estaba dispuesto a colaborar con los que
practicaban el engaño y la simulación. Quien aceptara recibir el bautismo de
conversión, debía adecuar su vida diaria con sus creencias. La celebración del
tiempo de Adviento es un llamado a la fe congruente. Tiempo de preparación,
llamada a la conversión, para recibir al Verbo Encarnado que asume nuestra
condición humana. Con el esmero que preparamos todos los detalles cuando
recibimos la visita de alguien significativo, tendremos que proceder a revisar
nuestra forma de vivir, ahora que atendemos la llegada del Señor Jesús.
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