miércoles, 4 de diciembre de 2019

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20191208





A fuerza de repetir rituales litúrgicos podemos vaciarlos de su verdadero sentido. La rutina puede degradar las prácticas religiosas de los creyentes Juan Bautista percibió la descomposición de la vida cultual en Jerusalén. Por eso se propuso despertar la conciencia de Israel por medio de su mensaje profético. Sin embargo, no estaba dispuesto a colaborar con los que practicaban el engaño y la simulación. Quien aceptara recibir el bautismo de conversión, debía adecuar su vida diaria con sus creencias. La celebración del tiempo de Adviento es un llamado a la fe congruente. Tiempo de preparación, llamada a la conversión, para recibir al Verbo Encarnado que asume nuestra condición humana. Con el esmero que preparamos todos los detalles cuando recibimos la visita de alguien significativo, tendremos que proceder a revisar nuestra forma de vivir, ahora que atendemos la llegada del Señor Jesús.

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