Los siglos XX y XXI han
revolucionado el tiempo. Desde el punto de vista social, el tiempo ha sido
acelerado de manera que vivimos en un estado de inquietud que nuestros
antecedentes nunca conocieron. Gracias a la tecnología, como los medios de
comunicación y el transporte en sus variados modos, hemos reducido el tiempo
necesario para hablar con otros o para visitarlos. Incluso en la física,
gracias al gran científico Albert Einstein (1879-1955), el tiempo ha sido
reconocido como relativo. Todos estos avances nos empujan a reflexionar sobre
el tiempo. ¿Cómo utilizamos el tiempo que se nos ha dado en esta tierra? ¿Hemos
aprovechado esas oportunidades ofrecidas en momentos propicios? ¿Recibimos el
tiempo como un don o como un peso? ¿Tomamos la oportunidad que Adviento nos
regala para reflexionar sobre nuestras vidas y, por así decirlo, empezarlas de
nuevo?
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