Remar Mar Adentro, pretende, como laicos comprometidos, presentar temas de reflexión para vivir el reino de Dios; levantando las anclas en una tarea asumida generosamente. Ricardo Huante Magaña
martes, 30 de noviembre de 2021
DOMINGO II DE ADVIENTO Ciclo C Domingo 5 de diciembre 2021
Bar 5, 1-9; Sal 125; Flp 1,
4-6. 8-11; Lc 3, 1-6
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20211205
De entre todos los Tiempos litúrgicos del año, Adviento es el
que más dirige nuestra atención al tiempo mismo, pues habla del pasado de
Israel, del presente de la Iglesia y del futuro de la humanidad. Nos recuerda
que el tiempo es trascendental. No intenta dar una definición filosófica del
tiempo (san Agustín de Hipona proclamó, de manera famosa, la dificultad de
hacerlo), sino que nos estimula a meditar sobre nuestra actitud. ¿Cómo
disponemos del tiempo que Dios nos ha otorgado? ¿Lo desperdiciamos,
olvidándonos de su importancia, subestimándolo como una pertenencia de la que
siempre gozaremos, haciéndonos flojos? ¿Lo guardamos con celo, acaparando
nuestros momentos sólo para nosotros, negando nuestro tiempo a los demás que
nos necesitan? ¿O lo consagramos por medio de nuestras plegarias, nuestra
atención asidua y nuestra generosidad? El tiempo es un don divino. Hay que
usarlo sabiamente.
jueves, 25 de noviembre de 2021
DOMINGO I DE ADVIENTO Ciclo C Domingo 28 de noviembre 2021
LA FIDELIDAD DE DIOS
Jer 33,14-16; Sa1 24; 1 Tes 3,12-4,2; Lc 21, 25-28.34-36
El texto de Jeremías no intenta subrayar el castigo merecido por el
pueblo de Israel a causa de su infidelidad. Al contrario, quiere comunicar el
mensaje de los beneficios que el pueblo va a disfrutar. A las imágenes de la
devastación, del dolor y de la desesperación que representa el mal infligido
por Babilonia, se contraponen las idílicas imágenes de la restauración futura.
Los versos 14-16 sintetizan la promesa de restauración de la descendencia
davídica que se confunde con las promesas mesiánicas. Una vez más, se subraya
la fidelidad de Dios en el cumplimiento de la alianza y de la promesa de
multiplicar, hasta el infinito, la descendencia israelita. Tal fidelidad sirve
como la clave interpretativa para entender la historia de la salvación, que se
repite durante las lecturas del tiempo de Adviento. Dios vendrá a nosotros,
precisamente como ha prometido.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 24, 1-3
A ti, Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti confío, no quede yo
defraudado, que no triunfen de mí mis enemigos; pues los que esperan en ti no
quedan defraudados.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Concede a tus fieles, Dios todopoderoso, el deseo de salir al encuentro
de Cristo, que viene a nosotros, para que, mediante la práctica de las buenas
obras, colocados un día a su derecha, merezcamos poseer el reino celestial. Por
nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Yo haré nacer del tronco de David un vástago santo.
Del libro del profeta Jeremías: 33,14-16
"Se acercan los días, dice el Señor, en que cumpliré la promesa
que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella
hora, yo haré nacer del tronco de David un vástago santo, que ejercerá la
justicia y el derecho en la tierra. Entonces Judá estará a salvo, Jerusalén
estará segura y la llamarán 'el Señor es nuestra justicia"'. Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 24, 4bc-5ab. 8-9.10 y 14.
R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina.
Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/.
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el
sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus
caminos. R/.
Con quien guarda su alianza y sus mandatos, el Señor es leal y
bondadoso. El Señor se descubre a quien lo teme y le enseña el sentido de su
alianza. R/.
SEGUNDA LECTURA
Que el Señor los fortalezca hasta que Jesús vuelva.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 3,
12-4, 2
Hermanos: Que el Señor los llene y los haga rebosar de un amor mutuo y
hacia todos los demás, como el que yo les tengo a ustedes, para que él conserve
sus corazones irreprochables en la santidad ante Dios, nuestro Padre, hasta el
día en que venga nuestro Señor Jesús, en compañía de todos sus santos.
Por lo demás, hermanos, les rogamos y los exhortamos en el nombre del
Señor Jesús a que vivan como conviene, para agradar a Dios, según aprendieron
de nosotros, a fin de que sigan ustedes progresando. Ya conocen, en efecto, las
instrucciones que les hemos dado de parte del Señor Jesús. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 84, 8
R/. Aleluya, aleluya.
Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. R/.
EVANGELIO
Se acerca su liberación.
Del santo Evangelio según san Lucas: 21, 25-28. 34-36
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Habrá señales
prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrel1as. En la tierra, las
naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del
mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas.
Que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán.
Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad.
Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza,
porque se acerca la hora de su liberación.
Estén alerta, para que los vicios, con el libertinaje, la embriaguez y
las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los
sorprenda desprevenidos; porque caerá de repente como una trampa sobre todos
los habitantes de la tierra.
Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de
todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al Señor y pidámosle confiadamente que despierte su
poder y venga a salvarnos. Digamos confiadamente: Ven Señor Jesús. (R/. Ven
Señor Jesús.)
Para que los fieles despierten del sueño de sus indolencias y reciban
con alegría la salvación que se acerca, roguemos al Señor.
Para que se afiance la paz en el mundo, y las riquezas de la creación
se transformen en instrumento de progreso y bienestar para todos los hombres,
roguemos al Señor.
Para que el Señor, con su venida, alivie los dolores de los enfermos,
dé paz y alegría a los que sufren en su espíritu y libre al mundo de sus males,
roguemos al Señor.
Para que nosotros mismos vivamos siempre alerta sin que las
preocupaciones de la vida nos impidan mantenernos en pie cuando llegue el Hijo
del hombre, roguemos al Señor.
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, que, a lo largo de los siglos,
cumples siempre con fidelidad tus promesas, escucha las oraciones de tu pueblo
y abre los corazones de tus fieles a la esperanza, para que, cuando Jesús, nuestro
Salvador, venga con todos sus santos, podamos mantenernos en pie en su
presencia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, estos dones que te ofrecemos, tomados de los mismos
bienes que nos has dado, y haz que lo que nos das en el tiempo presente para
aumento de nuestra fe, se convierta para nosotros en prenda de tu redención
eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Las dos venidas de Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, nuestro Señor. El cual, al venir por vez primera en la
humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y
nos abrió el camino de la salvación, para que cuando venga de nuevo, en la
majestad de su gloria, revelando así la plenitud de su obra, podamos recibir
los bienes prometidos que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar. Por
eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de su gloria:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 84, 13
El Señor nos mostrará su misericordia y nuestra tierra producirá su
fruto.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Señor, que nos aprovechen los misterios en que hemos
participado, mediante los cuales, mientras caminamos en medio de las cosas
pasajeras, nos inclinas ya desde ahora a anhelar las realidades celestiales y a
poner nuestro corazón en las que han de durar para siempre. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20211128
sábado, 20 de noviembre de 2021
Tú lo has dicho. Soy rey.
Tú lo has dicho. Soy rey.
Texto bíblico
Cfr. Jn 18,33-37
Preguntó Pilato a Jesús: "¿Eres tú el rey de los judíos?".
Jesús le contestó: "¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo han dicho
otros?". Pilato le respondió: "¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los
sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué es lo que has hecho?". Jesús
le contestó: "Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este
mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera yo en manos de los
judíos. Pero mi Reino no es de aquí".
Pilato le dijo: "¿Conque tú eres rey?". Jesús le contestó:
"Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la
verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz".
Comentario
La pregunta de Pilato referente a la nobleza de Jesús, provoca a
reconocerse Jesús como rey «Tú lo has dicho». La respuesta de Jesús a
Pilato, es más amplia: su reino no es el que esperaban la mayoría de los
judíos, o el que Pilato supone, como tampoco la imagen de la nobleza de los
hombres que es juzgada en base a la fuerza de las armas y a la extensión de las
conquistas realizadas. El reino de Jesús procede de otra parte de aquel lugar
de donde Jesús «ha venido».
“Mi
reino no es de este mundo” No se trata por tanto de un reino político, no es un
sistema de poder ni una estrategia socio económica o militar. Es el «Reino de
la verdad» que tiene su raíz en la solidaridad entre el Dios y el hombre, que
tiene necesidad de una adhesión amorosa. No es un reino terreno no es de este
mundo sino divino y angélico que será plenamente instaurado al final de los
tiempos.
EL TESTIGO DE LA VERDAD
El Evangelio de San Juan, al igual que los demás sinópicos,
recogieron el eco de la comparecencia de Jesús ante Poncio Pilato. Del mismo
modo que en los demás Evangelios el interrogatorio gira en torno de la
pretendida realeza de Jesús. Los romanos, excesivamente celosos de su dominio
imperial, no aceptaban movimientos reivindicatorios, así que Jesús, aclamado
rey de los judíos, les resultaría amenazante. Solamente el Evangelio de San
Juan nos incluye este dialogo sobre la realeza de Jesús. Tal como el Señor lo
declara su forma de ejercerla no se asemeja a la que se acostumbra en las
monarquías mundanas. Toda ellas utilizan el poder para dominar por la fuerza.
Aplastar y colonizar naciones Son reyes opresores que pisotean la liberta y la
autonomía de los pueblos más débiles. Jesús no recurre a excesos de poder. Su
instrumento para gobernar es la verdad. Su misión es justamente esa: ser
testigo de la verdad.