UN CAMBIO SIGNIFICATIVO
Los israelitas que compartieron
angustias y esperanzas con el profeta Isaías habían padecido durante años la
brutalidad y la opresión de los invasores asirios. Pocos pueblos tan
implacables y crueles como los ninivitas. Habían afinado su tecnología militar
y se habían endiosado con sus victorias. Ese largo periodo de sufrimiento es
para Isaías una etapa sombría. Por eso mismo, cuando él está convencido de que
toda esa barbarie llegaría a su término lo anunció con enorme júbilo. Llegaría
un verdadero Príncipe de la paz, que habría de invitarnos a vivir conforme a la
justicia y el derecho. Para los lectores cristianos de Isaías no había lugar a
equívocos: Jesús de Nazaret que renunció a la fuerza y a la violencia y que ingresó
modestamente en un asno a Jerusalén, era el esperado constructor de la paz con
justicia. Los días luminosos estaban despuntando, la certeza de Jesús era
completa: el imperio de Dios, mucho más benévolo que el del César, estaba
llegando.
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 95. 1. 6
Canten al Señor un cántico nuevo,
hombres de toda la tierra, canten al Señor. Hay brillo y esplendor en su
presencia, y en su templo, belleza y majestad.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en
la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te
bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey
celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo
del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que
quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la
derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú
Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios
Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno,
dirige nuestros pasos de manera que podamos agradarte en todo y así merezcamos
en nombre de tu Hijo amado, abundar en toda clase de obras buenas. Por nuestro
Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Los que andaban en tinieblas
vieron una gran luz.
Del libro del profeta Isaías: 8,
23-9, 3
En otro tiempo, el Señor humilló
al país de Zabulón y al país de Neftalí; pero en el futuro llenará de gloria el
camino del mar, más allá del Jordán, en la región de los paganos.
El pueblo que caminaba en
tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en tierra de sombras, una luz
resplandeció.
Engrandeciste a tu pueblo e
hiciste grande su alegría. Se gozan en tu presencia como gozan al cosechar,
como se alegran al repartirse el botín. Porque tú quebrantaste su pesado yugo,
la barra que oprimía sus hombros y el cetro de su tirano, como en el día de
Madián. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 26,1. 4. 13-14
R/. El Señor es mi luz y mi
salvación.
El Señor es mi luz y mi
salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién podrá hacerme temblar? R/.
Lo único que pido, lo único que
busco, es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades
del Señor y estar continuamente en su presencia. R/.
La bondad del Señor espero ver en
esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía. R/.
SEGUNDA LECTURA
Que no haya divisiones entre
ustedes.
De la primera carta del apóstol
san Pablo a los corintios: 1,10-13.17
Hermanos: Los exhorto, en nombre
de nuestro Señor Jesucristo, a que todos vivan en concordia y no haya
divisiones entre ustedes, a que estén perfectamente unidos en un mismo sentir y
en un mismo pensar.
Me he enterado, hermanos, por
algunos servidores de Cloe, de que hay discordia entre ustedes. Les digo esto,
porque cada uno de ustedes ha tomado partido, diciendo: "Yo soy de Pablo,
yo de Apolo, yo de Pedro, yo de Cristo". ¿Acaso Cristo está dividido? ¿Es
que Pablo fue crucificado por ustedes? ¿O han sido bautizados ustedes en nombre
de Pablo?
Por lo demás, no me envió Cristo
a bautizar, sino a predicar el Evangelio, y eso, no con sabiduría de palabras,
para no hacer ineficaz la cruz de Cristo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGEUO
Cfr. Mt 4, 23
R/. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba la buena nueva
del Reino y curaba a la gente de toda enfermedad. R/.
EVANGELIO
Fue a Cafarnaúm y se cumplió la
profecía de Isaias.
Del santo Evangelio según san
Mateo: 4, 12-23
Al enterarse Jesús de que Juan
había sido arrestado, se retiró a Galilea, y dejando el pueblo de Nazaret, se
fue a vivir a Cafarnaúm, junto al lago, en territorio de Zabulón y Neftalí,
para que así se cumpliera lo que había anunciado el profeta Isaías: Tierra de
Zabulón y Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los
paganos. El pueblo que yacía en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que
vivían en tierra de sombras una luz resplandeció.
Desde entonces comenzó Jesús a
predicar, diciendo: "Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los
cielos".
Una vez que Jesús caminaba por la
ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado después Pedro, y
Andrés, los cuales estaban echando las redes al mar, porque eran pescadores.
Jesús les dijo: "Síganme y los haré pescadores de hombres". Ellos
inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Pasando más adelante, vio a
otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre
en la barca, remendando las redes, y los llamó también. Ellos, dejando enseguida
la barca y a su padre, lo siguieron.
Andaba por toda Galilea,
enseñando en las sinagogas y proclamando la buena nueva del Reino de Dios y
curando a la gente de toda enfermedad y dolencia.
Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre
Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo
invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del
Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de
Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por
quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación
bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y
se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio
Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con
gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el
Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que
con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los
profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, a Dios Padre
todopoderoso, en cuyas manos está el destino del universo, y pidámosle
confiadamente que escuche las oraciones de su pueblo:
Por la santa Iglesia de Dios,
para que busque cada día con mayor afán el rostro de su Señor, y sus fieles se
esfuercen en purificarse de todas sus faltas y pecados, roguemos al Señor.
Por los que gobiernan las
naciones para que trabajen con interés y constancia por la paz y el bienestar
de sus pueblos, a fin de que reine entre ellos la justicia y la paz, roguemos
al Señor.
Por los enfermos, los
encarcelados y por todos los que sufren, para que Dios, Padre de misericordia,
venga en auxilio de sus males, roguemos al Señor.
Por todos los que estamos aquí
reunidos, para que el Señor nos conceda perseverar en la fe y progresar en el
mutuo amor, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que has
fundamentado tu Iglesia sobre la fe de los apóstoles, escucha nuestras
oraciones y haz que, iluminados con tu palabra y unidos por los vínculos de la
caridad, nos convirtamos en signo claro de salvación y de esperanza para
cuantos viven en las tinieblas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, benignamente,
nuestros dones, y santifícalos, a fin de que nos sirvan para nuestra salvación.
Por Jesucristo nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio de la salvación
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor
nuestro. Quien, compadecido del extravío de los hombres, quiso nacer de la
Virgen María; muriendo en la cruz, nos libró de la muerte eterna y,
resucitando, nos dio vida eterna. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y
con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo, llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo. Bendito el
que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTIFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal
33, 6
Acudan al Señor; quedarán
radiantes y sus rostros no se avergonzarán.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso,
que al experimentar el efecto vivificante de tu gracia, nos sintamos siempre
dichosos por este don tuyo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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