LA GENUINA LUZ DEL MUNDO
1 Sam 16,1.6-7.10-13; Ef 5, 8-14; Jn 9,1-41
Dos ejes temáticos articulan estas lecturas, tanto
Samuel como el Evangelio de san Juan, pueden conectarse de manera precisa.
Ambas describen los temas de la ceguera y la captación insuficiente de la
realidad. En primer lugar, vemos como el profeta Samuel se encandila con la
estatura y apariencia de los hermanos mayores de David. En seguida, advertimos
que Dios tiene otra forma de mirar. Dios penetra hasta el interior de las
personas. La escena de la curación presente en el cuarto Evangelio pone de
manifiesto la existencia de otro tipo de ceguera. Los dirigentes religiosos de
Israel están ciegos, viven obsesionados con el cumplimiento de normas rituales
y no son sensibles al sufrimiento enorme de un ciego de nacimiento. El ciego
recién curado se convierte en una presencia insoportable, por eso lo expulsan
de la sinagoga.
ANTIFONA DE ENTRADA Cfr. 15 66, 10-11
Alégrate, Jerusalén, y que se reúnan cuantos te
aman. Compartan su alegría los que estaban tristes, vengan a saciarse con su
felicidad.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por tu Palabra realizas
admirablemente la reconciliación del género humano, concede al pueblo cristiano
prepararse con generosa entrega y fe viva a celebrar las próximas fiestas de la
Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
David es ungido como rey de Israel.
Del primer libro de Samuel: 16, 1. 6-7. 10-13
En aquellos días, dijo el Señor a Samuel: "Ve
a la casa de Jesé, en Belén, porque de entre sus hijos me he escogido un rey.
Llena, pues, tu cuerno de aceite para ungirlo y vete".
Cuando llegó Samuel a Belén y vio a Eliab, el hijo
mayor de Jesé, pensó: "Éste es, sin duda, el que voy a ungir como
rey". Pero el Señor le dijo: "No te dejes impresionar por su aspecto
ni por su gran estatura, pues yo lo he descartado, porque yo no juzgo como
juzga el hombre. El hombre se fija en las apariencias, pero el Señor se fija en
los corazones".
Así fueron pasando ante Samuel siete de los hijos
de Jesé; pero Samuel dijo: "Ninguno de éstos es el elegido del
Señor". Luego le preguntó a Jesé: "¿Son éstos todos tus hijos?".
El respondió: "Falta el más pequeño, que está cuidando el rebaño".
Samuel le dijo: "Hazlo venir, porque no nos
sentaremos a comer hasta que llegue". Y Jesé lo mandó llamar.
El muchacho era rubio, de ojos vivos y buena
presencia. Entonces el Señor dijo a Samuel: "Levántate y úngelo, porque
éste es". Tomó Samuel el cuerno con el aceite y lo ungió delante de sus
hermanos. A partir de aquel día, el espíritu del Señor estuvo con David.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6.
R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes
praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis
fuerzas. R/.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el
sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú
estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis
adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes.
R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los
días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término. R/.
SEGUNDA LECTURA
Levántate de entre los muertos y Cristo será tu
luz.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 5,
8-14
Hermanos: En otro tiempo ustedes fueron tinieblas, pero
ahora, unidos al Señor, son luz. Vivan, por lo tanto, como hijos de la luz. Los
frutos de la luz son la bondad, la santidad y la verdad. Busquen lo que es
agradable al Señor y no tomen parte en las obras estériles de los que son
tinieblas.
Al contrario, repruébenlas abiertamente; porque, si
bien las cosas que ellos hacen en secreto da vergüenza aun mencionarlas, al ser
reprobadas abiertamente, todo queda en claro, porque todo lo que es iluminado
por la luz se convierte en luz. Por eso se dice: Despierta, tú que duermes;
levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 8, 12
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me
sigue tendrá la luz de la vida. R/.
EVANGELIO
Fue, se lavó y volvió con vista.
Del santo Evangelio según san Juan: 9, 1-41
En aquel tiempo, Jesús vio al pasar a un ciego de
nacimiento, y sus discípulos le preguntaron: "Maestro, ¿quién pecó para
que éste naciera ciego, él o sus padres?". Jesús respondió: "Ni él
pecó, ni tampoco sus padres. Nació así para que en él se manifestaran las obras
de Dios. Es necesario que yo haga las obras del que me envió, mientras es de
día, porque luego llega la noche y ya nadie puede trabajar. Mientras esté en el
mundo, yo soy la luz del mundo".
Dicho esto, escupió en el suelo, hizo lodo con la
saliva, se lo puso en los ojos al ciego y le dijo: "Ve a lavarte en la
piscina de Siloé" (que significa 'Enviado').
Él fue, se lavó y volvió con vista. Entonces los
vecinos y los que lo habían visto antes pidiendo limosna, preguntaban:
"¿No es éste el que se sentaba a pedir
limosna?". Unos decían: "Es el mismo". Otros: "No es él,
sino que se le parece". Pero él decía: "Yo soy". Y le
preguntaban: "Entonces, ¿cómo se te abrieron los ojos?". Él les
respondió: "El hombre que se llama Jesús hizo lodo, me lo puso en los ojos
y me dijo: 'Ve a Siloé y lávate'. Entonces fui, me lavé y comencé a ver".
Le preguntaron: "¿En dónde está él?". Les contestó: "No lo
sé".
Llevaron entonces ante los fariseos al que había
sido ciego. Era sábado el día en que Jesús hizo lodo y le abrió los ojos.
También los fariseos le preguntaron cómo había adquirido la vista. Él les
contestó: "Me puso lodo en los ojos, me lavé y veo".
Algunos de los fariseos comentaban: "Ese
hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado". Otros replicaban:
"¿Cómo puede un pecador hacer semejantes prodigios?". Y había
división entre ellos. Entonces volvieron a preguntarle al ciego: "Y tú,
¿qué piensas del que te abrió los ojos?". Él les contestó: "Que es un
profeta".
Pero los judíos no creyeron que aquel hombre, que
había sido ciego, hubiera recobrado la vista. Llamaron, pues, a sus padres y
les preguntaron: "¿Es éste su hijo, del que ustedes dicen que nació ciego?
¿Cómo es que ahora ver: Sus padres contestaron: "Sabemos que éste es
nuestro hijo y que nació ciego. Cómo es que ahora ve o quién le haya dado la
vista, no lo sabemos. Pregúntenselo a él; ya tiene edad suficiente y responderá
por sí mismo". Los padres del que había sido ciego dijeron esto por miedo
a los judíos, porque éstos ya habían convenido en expulsar de la sinagoga a
quien reconociera a Jesús como el Mesías. Por eso sus padres dijeron: 'Ya tiene
edad; pregúntenle a él'.
Llamaron de nuevo al que había sido ciego y le
dijeron: "Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es
pecador". Contestó él: "Si es pecador, yo no lo sé; sólo sé que yo
era ciego y ahora veo". Le preguntaron otra vez: "¿Qué te hizo? ¿Cómo
te abrió los ojos?". Les contestó: "Ya se lo dije a ustedes y no me
han dado crédito. ¿Para qué quieren oído otra vez? ¿Acaso también ustedes
quieren hacerse discípulos suyos?". Entonces ellos lo llenaron de insultos
y le dijeron: "Discípulo de ése lo serás tú. Nosotros somos discípulos de
Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios. Pero ése, no sabemos de
dónde viene".
Replicó aquel hombre: "Es curioso que ustedes
no sepan de dónde viene y, sin embargo, me ha abierto los ojos. Sabemos que
Dios no escucha a los pecadores, pero al que lo teme y hace su voluntad, a ése
sí lo escucha. Jamás se había oído decir que alguien abriera los ojos a un
ciego de nacimiento. Si éste no viniera de Dios, no tendría ningún poder".
Le replicaron: "Tú eres puro pecado desde que naciste, ¿cómo pretendes
darnos lecciones?". y lo echaron fuera.
Supo Jesús que lo habían echado fuera, y cuando lo
encontró, le dijo: "¿Crees tú en el Hijo del hombre?". Él contestó:
"¿Y quién es, Señor, para que yo crea en él?" Jesús le dijo: "Ya
lo has visto; el que está hablando contigo, ése es". Él dijo: "Creo,
Señor". Y postrándose, lo adoró.
Entonces le dijo Jesús: "Yo he venido a este
mundo para que se definan los campos: para que los ciegos vean, y los que ven
queden ciegos". Al oír esto, algunos fariseos que estaban con él le
preguntaron: "¿Entonces, también nosotros estamos ciegos?". Jesús les
contestó: "Si estuvieran ciegos, no tendrían pecado; pero como dicen que
ven, siguen en su pecado". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo
y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a
los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí
ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa
Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al Señor, que no desea la muerte
del pecador, sino que se convierta y viva, y pidámosle que tenga misericordia
de su pueblo penitente: (R/. Escúchanos, Señor.)
Para que Dios aumente la fe y fortalezca la
voluntad de los que se preparan a recibir en estos días cuaresmales el
sacramento de la penitencia y les conceda un verdadero arrepentimiento de sus
culpas, roguemos al Señor.
Para que el Señor abra la inteligencia y el corazón
de los incrédulos, de manera que lleguen al conocimiento de la verdad, y en la
fe encuentren aquel descanso que tanto desea su corazón, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda su ayuda a los enfermos, a los
pobres, a los que se sienten tentados y a todos aquellos que con su sufrimiento
participan de la cruz de Cristo, roguemos al Señor.
Para que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo
cuaresmal y lleguemos, purificados e iluminados, a las fiestas de Pascua que se
acercan, roguemos al Señor.
Dios nuestro, Padre de la luz, que conoces hasta lo
más recóndito de nuestro corazón, no permitas que nos domine el poder de las
tinieblas, antes bien abre nuestros ojos a la luz del Espíritu, para que
podamos ver a aquel que has enviado para iluminar al mundo y creamos únicamente
en él, Jesucristo Señor nuestro. Él, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos, Señor, llenos de alegría, estas
ofrendas para el sacrificio y pedimos tu ayuda para celebrarlo con fe sincera y
ofrecerlo dignamente por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El ciego de nacimiento
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso
y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque él mismo, por el misterio de la
encarnación, condujo al género humano, que caminaba en tinieblas, a la luz de
la fe, y a quienes nacían esclavos del pecado los elevó, renacidos por el
bautismo, a la dignidad de hijos de adopción. Por eso, todas tus creaturas, en
el cielo y en la tierra, te adoran entonando un cántico nuevo, y también
nosotros, unidos a los ángeles, te aclamamos, diciendo sin cesar: Santo, Santo,
Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 9, 11. 38
El Señor me puso lodo sobre los ojos; entonces fui,
me lavé, comencé a ver y creí en Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, luz que alumbra a todo hombre que viene
a este mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para
que podamos siempre pensar lo que es digno y grato a tus ojos y amarte con
sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Protege, Señor, a quienes te invocan, ayuda a los
débiles y reaviva siempre con tu luz a quienes caminan en medio de las
tinieblas de la muerte; concédeles que, liberados por tu bondad de todos los
males, alcancen los bienes supremos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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