LA PREGUNTA FUNDAMENTAL
Hech 2, 14. 36-41; 1 Pe 2,20-25; Jn 10,1-10
La parábola del Buen Pastor expone con imágenes
poéticas lo que el apóstol san Pedro proclama con lenguaje llano acerca del
itinerario de acceso a la fe cristiana. La palabra de Jesús, Buen Pastor, se
ofrece a los oídos de cualquier oyente, sin embargo, solamente aquellos que
saben escuchar y se disponen a recibido con el corazón abierto, consiguen
iniciar el camino del arrepentimiento que conduce a la confesión del señorío
único de Jesucristo. Del mismo modo, tal como lo registra san Lucas en los
Hechos de los Apóstoles, solamente aquellos de entre los hijos de Israel que
escuchan el mensaje cristiano, con un corazón bien dispuesto, consiguen acoger
de buen grado el testimonio del apóstol Pedro. La fuerza del Espíritu que obra
discretamente no violenta la libertad del creyente. Cada persona es responsable
de sus decisiones creyentes.
ANTÍFONA ENTRADA Cfr. Sal 32,5-6
La tierra está llena del amor del Señor y su
palabra hizo los cielos. Aleluya.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, te pedimos que nos
lleves a gozar de las alegrías celestiales para que tu rebaño, a pesar de su
fragilidad, llegue también a donde lo precedió su glorioso Pastor. Él, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los
siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Dios lo ha constituido Señor y Mesías.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 2, 14.
36-41
El día de Pentecostés, se presentó Pedro, junto con
los Once, ante la multitud, y levantando la voz, dijo: "Sepa todo Israel
con absoluta certeza, que Dios ha constituido Señor y Mesías al mismo Jesús, a
quien ustedes han crucificado".
Estas palabras les llegaron al corazón y
preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: "¿Qué tenemos que hacer,
hermanos?". Pedro les contestó: "Conviértanse y bautícense en el
nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados y recibirán el Espíritu
Santo. Porque las promesas de Dios valen para ustedes y para sus hijos y
también para todos los paganos que el Señor, Dios nuestro, quiera llamar, aunque
estén lejos".
Con éstas y otras muchas razones, los instaba y
exhortaba, diciéndoles: "Pónganse a salvo de este mundo corrompido".
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unas
tres mil personas. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6.
R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Aleluya.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes
praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis
fuerzas. R/.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el
sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú
estás conmigo, tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis
adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes.
R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos
los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término. R/.
SEGUNDA LECTURA
Han vuelto ustedes al pastor y guardián de sus vidas.
De la primera carta del apóstol san Pedro: 2,
20b-25
Hermanos: Soportar con paciencia los sufrimientos
que les vienen a ustedes por hacer el bien, es cosa agradable a los ojos de
Dios, pues a esto han sido llamados, ya que también Cristo sufrió por ustedes y
les dejó así un ejemplo para que sigan sus huellas.
El no cometió pecado ni hubo engaño en su boca;
insultado, no devolvió los insultos; maltratado, no profería amenazas, sino que
encomendaba su causa al único que juzga con justicia; cargado con nuestros
pecados, subió al madero de la cruz, para que, muertos al pecado, vivamos para
la justicia. Por sus llagas ustedes han sido curados, porque ustedes eran como
ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al pastor y guardián de sus vidas.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 14
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a
mis ovejas y ellas me conocen a mí. R/.
EVANGELIO
Yo soy la puerta de las ovejas.
Del santo Evangelio según san Juan: 10, 1-10
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos:
"Yo les aseguro que el que no entra por la puerta del redil de las ovejas,
sino que salta por otro lado, es un ladrón, un bandido; pero el que entra por
la puerta, ése es el pastor de las ovejas. A ése le abre el que cuida la
puerta, y las ovejas reconocen su voz; él llama a cada una por su nombre y las
conduce afuera. Y cuando ha sacado a todas sus ovejas, camina delante de ellas,
y ellas lo siguen, porque conocen su voz. Pero a un extraño no lo seguirán,
sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños".
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no
entendieron lo que les quería decir. Por eso añadió: "Les aseguro que yo
soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes que yo, son
ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los han escuchado. Yo soy la puerta;
quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos. El
ladrón sólo viene a robar, a matar y a destruir. Yo he venido para que tengan
vida y la tengan en abundancia". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo
y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a
los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí
ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa
Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Levantemos, hermanos, nuestros ojos a Cristo,
obispo y pastor de nuestras almas, y pongamos en sus manos, con toda confianza,
las necesidades de los hombres diciendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos,
Señor.) Jesús, Buen Pastor, sálvanos.
Para que los obispos, los presbíteros y diáconos
apacienten santamente a los pueblos que tienen encomendados, roguemos al Señor.
Para que la paz que Jesucristo concedió a los
discípulos arraigue con fuerza en nuestro mundo, y se alejen de las naciones el
odio y las guerras, roguemos al Señor.
Para que los enfermos, los pobres y todos los que
sufren encuentren en Cristo resucitado luz y esperanza, roguemos al Señor.
Para que Dios derrame en las familias cristianas el
espíritu de piedad y de renuncia a lo mundano, de manera que germinen
abundantes vocaciones al ministerio eclesial, roguemos al Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que en tu Hijo,
vencedor de la muerte, nos has abierto las puertas de la salvación, escucha
nuestra oración e infunde en nuestro corazón la sabiduría de tu Espíritu, para
que no nos dejemos seducir por las voces engañosas del mundo, sino que
reconozcamos y sigamos siempre la voz de tu Hijo, el buen pastor, que nos da
vida, y vida abundante, y que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos
de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, vivir siempre llenos de gratitud
por estos misterios pascuales que celebramos, para que, continuamente renovados
por su acción se conviertan para nosotros en causa de eterna felicidad. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Restauración universal por el Misterio Pascual
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo en que
Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado. Porque destruida la antigua situación de
pecado, se renueva todo lo que estaba caído y en Cristo se restablece la
integridad de nuestra vida. Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el
mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los
ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Ha resucitado el Buen Pastor, que dio la vida por
sus ovejas y se entregó a la muerte por su rebaño. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Buen Pastor, vela con solicitud por tu rebaño y
dígnate conducir a las ovejas que redimiste con la preciosa sangre de tu Hijo,
a las praderas eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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