jueves, 11 de mayo de 2023

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20230514

 

En la Iglesia, siempre ha habido una tensión entre un aspecto que podemos llamar "lo institucional" y otro que podemos llamar "lo carismático". Lo institucional abarca todo lo que es esencial para el buen orden de cualquiera comunidad, es decir, oficios, programas, reglas, procesos y cosas parecidas. Lo carismático abraza todo lo que da vida a la comunidad y aparece sin ser programado, aun de manera inesperada. Se piensa, por ejemplo, de talentos personales, iniciativas creativas, personajes proféticos, movimientos sociales y muchos otros fenómenos. Sin duda, ambos aspectos son necesarios: sin lo institucional, una comunidad se derrite en individualismo y entusiasmo mientras que una comunidad sin lo carismática es opresiva y muerta. Además, ambas son dones de Dios. El secreto se encuentra en el establecer un equilibrio entre carismático e institucional, que es la fidelidad al Cristo resucitado.

 

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