jueves, 13 de julio de 2023

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20230716

La Palabra de Dios no es realmente escuchada si no empapa la cultura, entra en ella, y la ayuda a producir una fe que la nutre y fecunda. Es cierto que la Palabra ya ha sido inculturada en nuestra gente. Como observa Papa Francisco en Evangelii gaudium, "una mirada de fe sobre la realidad no puede dejar de reconocer lo que siembra el Espíritu Santo. Sería desconfiar de su acción libre y generosa pensar que no hay auténticos valores cristianos donde una gran parte de la población ha recibido el Bautismo y expresa su fe... de múltiples maneras" (n. 68). Al mismo tiempo, tal inculturación tiene que purificarse: el Evangelio debe curar tales debilidades como, por ejemplo, creencias fatalistas o devociones individualistas. Pero es en la cultura cotidiana de la gente donde la Palabra de Dios debe arraigarse para producir mucho fruto.

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