DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 30 de julio 2023
LA SABIDURÍA
1 Re 3, 5-13; Sal 118; Rom 8,28-30; Mt 13,44-52
En la perspectiva de los autores bíblicos, sea del Antiguo Testamento
sea del Nuevo, la sabiduría no es sólo la acumulación de información ni siquiera
una inteligencia superior. Es algo más importante para la vida y mucho más
difícil que definir en palabras precisas. En la primera lectura de hoy, el Rey
Salomón pide la sabiduría de Dios. En esta lectura, dicha sabiduría es
presentada como "un corazón capaz de escuchar" (v. 9), la comprensión
de la diferencia "entre el bien y el mal" (v. 9), y "la
capacidad de administrar la justicia" (v. 11), y más. En el Evangelio de
hoy, se explica que la sabiduría es el Reino y se imagina su valor como un
tesoro escondido, una perla preciosa, una red que nos proporciona la comida y
un erario de cosas nuevas y viejas.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 67, 6. 7. 36
Dios habita en su santuario; él nos hace habitar juntos en su casa; es
la fuerza y el poder de su pueblo.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, protector de los que en ti confían, sin ti, nada es fuerte,
ni santo; multiplica sobre nosotros tu misericordia para que, bajo tu
dirección, de tal modo nos sirvamos ahora de los bienes pasajeros, que nuestro
corazón esté puesto en los bienes eternos.
Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Por haberme pedido sabiduría.
Del primer libro de los Reyes: 3, 5-13
En aquellos días, el Señor se le apareció al rey Salomón en sueños y le
dijo: "Salomón, pídeme lo que quieras, y yo te lo daré".
Salomón le respondió: "Señor, tú trataste con misericordia a tu
siervo David, mi padre, porque se portó contigo con lealtad, con justicia y
rectitud de corazón. Más aún, también ahora lo sigues tratando con
misericordia, porque has hecho que un hijo suyo lo suceda en el trono. Sí, tú
quisiste, Señor y Dios mío, que yo, tu siervo, sucediera en el trono a mi
padre, David. Pero yo no soy más que un muchacho y no sé cómo actuar. Soy tu
siervo y me encuentro perdido en medio de este pueblo tuyo, tan numeroso, que
es imposible contarlo. Por eso te pido que me concedas sabiduría de corazón
para que sepa gobernar a tu pueblo y distinguir entre el bien y el mal. Pues
sin ella, ¿quién será capaz de gobernar a este pueblo tuyo tan grande?".
Al Señor le agradó que Salomón le hubiera pedido sabiduría y le dijo:
"Por haberme pedido esto, y no una larga vida, ni riquezas, ni la muerte
de tus enemigos, sino sabiduría para gobernar, yo te concedo lo que me has
pedido. Te doy un corazón sabio y prudente, como no lo ha habido antes ni lo
habrá después de ti. Te voy a conceder, además, lo que no me has pedido: tanta
gloria y riqueza, que no habrá rey que se pueda comparar contigo".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 118,57 Y 72. 76-77.127-128.129-130.
R/. Yo amo, Señor, tus mandamientos.
A mí, Señor, lo que me toca es cumplir tus preceptos. Para mí valen más
tus enseñanzas que miles de monedas de oro y plata. R/.
Señor, que tu amor me consuele, conforme a las promesas que me has
hecho. Muéstrame tu ternura y viviré, porque en tu ley he puesto mi contento.
R/.
Amo, Señor, tus mandamientos más que el oro purísimo: por eso tus
preceptos son mi guía y odio toda mentira. R/.
Tus preceptos, Señor, son admirables, por eso yo los sigo. La
explicación de tu palabra da luz y entendimiento a los sencillos. R/.
SEGUNDA LECTURA
Nos predestina para que reproduzcamos en nosotros mismos la imagen de
su Hijo.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 28-30
Hermanos: Ya sabemos que todo contribuye para bien de los que aman a
Dios, de aquellos que han sido llamados por él, según su designio salvador.
En efecto, a quienes conoce de antemano, los predestina para que
reproduzcan en sí mismos la imagen de su propio Hijo, a fin de que él sea el
primogénito entre muchos hermanos. A quienes predestina, los llama; a quienes
llama, los justifica; y a quienes justifica, los glorifica. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 11. 25
R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado
los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
EVANGELIO
Vende cuanto tiene y compra aquel campo
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 44-52
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "El Reino de los
cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo
vuelve a esconder y, lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel
campo.
El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas
finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la
compra.
También se parece el Reino de los cielos a la red que los pescadores
echan en el mar y recoge toda clase de peces. Cuando se llena la red, los
pescadores la sacan a la playa y se sientan a escoger los pescados; ponen los
buenos en canastos y tiran los malos. Lo mismo sucederá al final de los
tiempos: vendrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los
arrojarán al horno encendido.
Allí será el llanto y la desesperación. ¿Han entendido todo
esto?". Ellos le contestaron: "Sí". Entonces él les dijo:
"Por eso, todo escriba instruido en las cosas del Reino de los cielos es
semejante al padre de familia, que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas
antiguas". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día,
según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no
tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del
Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, el auxilio del Espíritu Santo, para que inspire
nuestras oraciones y ruegue con nosotros por las necesidades del mundo,
respondiendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para los que empiezan a conocer a Cristo y desean la gracia del
bautismo y para que los que preparan el bautismo de sus hijos, pidamos el favor
de Dios todopoderoso.
Para nuestra ciudad (nuestro pueblo), para todos los que habitan en
ella (él), y para todos los pueblos y naciones, pidamos al Señor paz y
prosperidad abundantes.
Para los que persiguen a la Iglesia y para los pecadores que viven
intranquilos, pidamos la luz del Espíritu y la gracia de la conversión.
Por los que estamos aquí reunidos y por aquellos por los que queremos
rezar, pidamos al Señor que nos guarde a todos en la fe y nos reúna en el reino
de su Hijo.
Señor Dios, que Cristo, nos has hecho descubrir el tesoro escondido y
la perla de gran valor, concédenos la luz de tu Espíritu, para que, viviendo en
medio del mundo, sepamos valorar las riquezas inestimables de tu reino y, para
poseerlas, estemos dispuestos a renunciar a todo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que por tu generosidad te presentamos, para
que, por el poder de tu gracia, estos sagrados misterios santifiquen toda
nuestra vida y nos conduzcan a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio
Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y
de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación
consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 102, 2
Bendice alma mía al Señor, y no te olvides de tus beneficios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido, Señor, el sacramento celestial, memorial perpetuo de
la pasión de tu Hijo, concédenos que este don, que él mismo nos dio con tan
inefable amor, nos aproveche para nuestra salvación eterna. Él, que vive y
reina por los siglos de los siglos.
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