En su exhortación post-sinodal
Christus vivit (2019), el Papa Francisco invita a los jóvenes a tener un respeto profundo para los ancianos porque, aun cuando
a veces son despreciados por el culto de la juventud de la modernidad y por
otras razones triviales, tienen un patrimonio de experiencia y sabiduría que
puede ayudar a los jóvenes a saber vivir bien (n. 16). Las palabras del Papa
son verdaderas no sólo para los jóvenes sino también para todos nosotros; y son
ciertas no solo acerca de los ancianos sino también acerca de muchas personas
que son olvidadas por la sociedad moderna, especialmente quienes que son
relegadas a los márgenes. ¿Quiénes son los sabios de nuestras comunidades?
¿Tenemos una manera de reconocerlos y honrarlos? ¿Cómo aprovechamos de su
sabiduría? ¿Cuáles son los modos en que preservamos esta sabiduría para las
generaciones futuras?
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