En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: "El discípulo no es
más que el maestro, ni el criado más que su señor. Le basta al discípulo ser
como su maestro y al criado ser como su señor. Si al señor de la casa lo han
llamado Satanás, ¡qué no dirán de sus servidores!
No teman a los hombres. No hay nada oculto que no llegue a descubrirse;
no hay nada secreto que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche,
repítanlo en pleno día, y lo que les digo al oído, pregónenlo desde las
azoteas. No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el
alma. Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el
cuerpo.
¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo,
ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a
ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no
tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo.
A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré
ante mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los
hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos".
Reflexión
Es muy triste ver que, personas que se dicen cristianas, en momentos en
que salen temas en los que se niega la existencia real de Jesús en la
Eucaristía, del primado del Papa, hasta algunos temas morales relacionados con
el Evangelio, como pueden ser el aborto, la eutanasia y otros tantos, por
quedar bien con quienes están ahí, toman posturas que ofenden al Señor y
degradan con ello nuestra vida cristiana. Hermanos, no debemos tener miedo,
como lo dice hoy Jesús, "a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar
el alma, sino más bien a aquel que puede arrojar al lugar de castigo el alma y
el cuerpo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario