No faltan personas y comunidades que cifran su hora y su momento cumbre en ser importantes, dominar, creerse superiores y exclusivos, cerrarse a los demás, discriminar y aferrarse a todo tipo de nacionalismo y triunfalismo.
La hora de Jesús pasa por una misión universal que a todos acoge y ofrece liberación. La Hora de Jesús significa amar hasta el fin dando la propia vida. La hora de Jesús conlleva obediencia sin límites al Padre. Es también juicio del mundo y de Satanás. La hora de Jesús es el paso de un mundo nuevo, a su gloria y exaltación.
Ser discípulo de Jesús HOY implica aceptar su concepción sobre el Mesías y seguirlo en su HORA, asumiendo la posibilidad de sufrir persecución y perder la propia vida. Nuestra realización y nuestra Hora está en vivir esa nueva lógica del Evangelio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario