TEMAS
BÍBLICOS
Tema 1
¿Cómo es Dios a la luz de la Biblia?
ATRIBUTOS
DE DIOS
Comencemos subrayando
este principio que nos trae San Juan: « A
Dios nadie lo ha visto nunca» (Jn 4,
12). Y este otro: « No se puede ver su rostro»
jamás por hombre alguno, añade Ex 33, 20. Lo que nosotros sabemos de Dios, lo
sabemos por tres fuentes, dos indirectas y
otra directa:
Primera,
por
lo que Él mismo quiso plasmar en la naturaleza como impronta suya. Leemos en Rm,
1,20: « Lo invisible de Dios desde la
creación del mundo se deja ver a la inteligencia a través de sus obras…».
Segunda, por lo que quiso revelarnos por
medio de los profetas de la Antigua Alianza.
Tercera, por lo que últimamente nos dio a
conocer por su Hijo Jesucristo conforme se nos dice en Hb, 1,1: «Muchas
veces y de muchas maneras habló Dios en
el pasado a nuestros padres por medio de los profetas; pero en estos últimos
tiempos nos ha hablado por medio de su Hijo.» Vamos a ver en este tema qué nos
dice la Biblia sobre los atributos de Dios, o mejor, qué nos dice Dios sobre Él
mismo a través de la Biblia.
Pero antes iluminemos el tema leyendo
Ex,
33 18-23.
18 Moisés dijo: «Por
favor, muéstrame tu gloria».
19 El Señor le respondió: «Yo
haré pasar junto a ti toda mi bondad y pronunciaré delante de ti el nombre del
Señor, porque yo concedo mi favor a quien quiero concederlo y me compadezco de
quien quiero compadecerme.
20 Pero tú no puedes ver mi
rostro, añadió, porque ningún hombre puede verme y seguir viviendo».
21 Luego el Señor le dijo: «Aquí
a mi lado tienes un lugar. Tú estarás de pie sobre la roca,
22 y cuando pase mi gloria, yo te
pondré en la hendidura de la roca y te cubriré con mi mano hasta que haya
pasado.
23 Después retiraré mi mano y tú
verás mis espaldas. Pero nadie puede ver mi rostro».
¿Cómo es Dios a la luz de la biblia?
1.- Dios es el primero y el último
«Desde el principio» (Gn 1, 1 y Jn 1, 1) existe Dios y su esencia se
impone como un hecho inicial que no tiene necesidad de ninguna explicación,
entre otras razones, porque el hombre es incapaz de explicar esa afirmación.
Quiere decir que Dios no tiene origen, ni devenir ni fin. El Antiguo Testamento
ignora las teogonías (el estudio) que explican la construcción del mundo por la
génesis de los dioses. Dado que Él es el «Primero y el
Último» (Is
41,4; 44,6; 48,12), «el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y
el Fin ( Ap
22, 13), el
mundo entero es obra suya, creación suya.
2. Dios es único
«Yahvéh es el
único Dios verdadero» (Jr 10,10). En
un ambiente espiritual donde abundaba el culto a un sinnúmero de dioses, Israel
proclama su fe en un solo Dios verdadero. Y Dios exige a Israel que se mantenga
en esa fe. Por eso no quiere que tenga otros dioses fuera de Él. Y se muestra
como un Dios celoso. De ahí que le diga: «Yo, Yahvéh soy tu
Dios. No
habrá para ti otros dioses delante de mí» ( Ex 20, 2-3). Esta exigencia del
mismo Dios será un eco que recogerán todos los profetas, hasta hacer de Israel
un pueblo monoteísta.
3. Dios es Espíritu
«Dios es Espíritu», le afirma Jesús a
Nicodemo (Jn 4,24). Esto quiere decir__ entre
otras cosas__ que no lo podemos tocar porque no tiene forma ni figura, ni lo
podemos ver. En otras palabras, que no tiene cuerpo como lo tenemos nosotros,
ni está limitado ni por el tiempo ni por el espacio. Está cerca de ti y al
mismo tiempo está lejos de ti.
4. Dios es eterno
Su eternidad se muestra en contraste con
nuestra caducidad terrena. Existió y existirá por siempre, Isaías dice: «Dios
eterno… no
se cansa ni se debilita» (40,28). Y no se cambia jamás porque es inmutable: «Desde
antiguo Tú fundaste la tierra, y los cielos son obras de tus manos; ellos
perecen, más Tú quedas; todos ellos como la ropa se desgastan; como un vestido
los mudas Tú y se mudan; pero Tú siempre eres el mismo, no tienen fin tus años» (Sal 102, 26-28; Eclo 42, 21).
5. Dios es todopoderoso
Su poder se revela en la naturaleza en
cuanto que al impulso de su voz creó y sigue creando todas las cosas (Gn 1; Sal 33,6-9), ordena el ritmo de
la naturaleza (Gn, 20-22) y el curso ordenado de los
movimientos cósmicos son obra suya (Job 37 y 38). Además su poder se manifiesta
también en la historia, en cuanto que todos los pueblos le pertenecen (Ex
19,5), y nada son en comparación con Él ( Is 40,15-17); (Sal 76 y 103)
6.
Dios es omnisciente y omnipresente
Jeremías 23, 24 dice: « ¿ Soy
yo un Dios sólo de cerca y no soy también Dios de lejos? ¿O se esconderá alguno
en escondite donde yo no lo vea?__oráculo del Señor. ¿Los
cielos y la tierra no los lleno yo?__ oráculo del señor. Y el Salmo 138 añade: «¿A
dónde iré lejos de tu aliento, a donde escaparé de tu mirada? Si escalo el cielo, allí estás Tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro; si vuelo hasta el margen de la
aurora, si emigro hasta el confín del mar, allí me alcanzará tu izquierda y me
agarrará tu derecha».
7.
Dios es santo
Es santo en primer lugar en
cuanto que es Alguien «aparte», «totalmente otro», majestad infinita,
insondable e incomprensible
(Gn 28, 16 y ss.; I Sam 6, 19 y ss). Y es santo con una santidad que
desea comunicar al hombre. Por eso les dice: «
vosotros seréis santos, porque yo soy santo» Nm 15, 40; Dt 7,6, Is 8,13; Lv 11, 44-45). La santidad de Yahvéh, es decir, aquello en que Yahvéh, no es su ira contra el pecado,
sino su amor operante. Esto significa la expresión «
Santo Israel» (Is 1,4).
8.
Dios es vivo y viviente
La fórmula «VivoYo» en boca de Dios, es quizá una
creación tardía de Ezequiel; en todo caso es el eco de una fórmula muy antigua
y muy popular de la fe de Israel: «Vive Yahvéh» (Job 8,19; 1 Re 17,1). Expresa
seguramente la impresión que tiene el hombre frente a Yahvéh de una presencia extraordinariamente activa, de una espontaneidad
inmediata y total « que no se fatiga ni se cansa» como dice Isaías 40, 28, « que
no duerme ni dormita (Sal
121, 4). Su lenguaje en el monte Horeb, en el momento en que revela su nombre, traduce sin duda esta
intensidad de vida, esta atención a su obra: « He visto… he prestado oídos…
conozco… estoy resuelto… te envío» (Ex 3, 7-10); el
Yo soy», preparado
por estas expresiones no pueden ser menos dinámico que ellas.
9.
Dios es Justo e imparcial
El Salmo 119 se expresa: «Justo
eres Tú Yahvéh y
rectos son tus juicios». También
Is 45,25.
10. Dios es bueno y misericordioso
«El Señor es bueno, su
misericordia es eterna, su fidelidad por
todas las edades»,
dice el Salmo 99.
11.
Dios es personal
A través de todas las páginas bíblicas,
Dios aparece como «Alguien» personal,
que conoce nuestros pensamientos ( Job 5, 12; Sal 94, 11) sentimientos, gozos,
tristezas, y en general todos los rasgos que caracterizan a las personas, y
especialmente nuestros pecados. Por eso mismo, « no es
solamente un ser de lejos, sino de cerca», como nos decía Jr 23, 24, que se manifiesta
constantemente presente entre nosotros, próximo, «misericordioso
y clemente, tardo a la ira, rico en gracia y fidelidad» (Ex 34, 6), y salvador del hombre
(Ex 3, 13-15; 6, 2-8), que hace una alianza con nosotros (Ex 19,24). No es,
pues, un simple ser majestuoso, frío e impersonal que nada tiene que ver con
nuestras vidas ni con los aconteceres de nuestra existencia.
12.
Dios es amor (Jn 4 , 8)
Este es el principal atributo de
nuestro Dios,
en el cual se compendian, por decirlo así, todos los anteriores. Si nuestro
Dios fuera solamente santo, todopoderoso, sabio, justo, principio y fin de
todas las cosas, omnisciente y omnipresente, etc., etc., sería muy fácil
tenerle miedo y hasta terror, hasta el punto de que evitaríamos nuestro
encuentro con Él. Pero porque Dios es sobre todo
amor y porque sabemos que nos ama y se preocupa de nosotros y es providente con
nuestras cosas despierta en nosotros atractivo, deseo de acercamiento,
encuentro con Él, fidelidad a sus bondades.
¿Cómo nos consta que Él nos ama a
todos y a cada una de nosotros?
Nos lo aseguró su «Palabra» su Hijo, en
la charla que tuvo con Nicodemo: «Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo Único, para que todos
los que crean en Él no perezcan, sino que tengan vida eterna.
No hay ninguna duda: Dios nos ama y
es fiel a su amor para con nosotros aunque nosotros le volvamos las espaldas,
como veremos a su tiempo.
13. Dios es Uno y Trino
Es el gran misterio que en el Antiguo
Testamento a penas se vislumbra, pero que Jesús nos lo revela
claramente en el Nuevo Testamento.
Fuente:
Temas Bíblicos
Paulinas
José Miguel Miranda
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