sábado, 28 de octubre de 2017

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20171029



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- En tiempos revueltos como los nuestros, donde los intereses económicos se acrecientan y se desbocan las furias tribales de todos cuantos se sienten superiores a cualquier minoría, conviene recordar estas palabras de Jesús. No es posible confesarse discípulo de Jesús y a la vez, atrincherarse en la defensa del propio bienestar a costa de la negación del bienestar general. Quien proclame su fe en Cristo tiene un referente y una misión que cumplir: reconocerlo en el rostro de los desempleados, los emigrantes y en cualquier colectivo que viva en situación de vulnerabilidad. En esta hora confusa se acrecienta la tentación de disociar las convicciones creyentes de tantas urgencias sociales que se multiplican en esta sociedad inequitativa que está produciendo la globalización, con su idolatría del lucro y la ganancia. Servir a Jesús implica ocuparnos de quienes atraviesan condiciones adversarias y precarias.

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