viernes, 6 de octubre de 2017

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20171008



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- A toda acción corresponde una reacción. Quienes confesamos a Dios como Padre y Señor de la historia, sabemos reconocer que, a través de las obras de la creación o por medio de la intervención de personas sabias y sensatas, Dios ha estado pendiente de nosotros. Tanto los profetas de Israel en el pasado, como numerosos hombres y mujeres creyentes en el presente, han sido un llamado afectuoso y exigente de parte de Dios hacia nosotros. No podemos alegar desconocimiento de parte nuestra ni desinterés de parte del Señor. Hemos sido tratados como la niña de sus ojos. La rendición de cuentas no es aplicable solamente a los funcionarios públicos. Quienes hemos recibido bendiciones, enseñanzas y numerosas manifestaciones patentes del amor de Dios, estamos obligados a dar los frutos que corresponden. A quien mucho se le dio, se le pedirá mucho. Los discípulos de Jesús tenemos una misión que cumplir a partir de nuestro bautismo.

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