UNA REFLEXIÓN PARA
NUESTRO TIEMPO.- Una lección de sensatez y realismo. Jesús sabe el terreno que
está pisando, conoce que su respuesta acerca del pago de tributos al César,
tendrá consecuencias para bien o para mal. Por experiencia propia, siendo
habitante de Nazaret, conoció la brutalidad del poder romano que devastó la
vecina ciudad de Seforis, siendo él apenas un bebé. Era impensable una rebelión
contra Roma, para salvar lo más (la vida de los israelitas) había que perder lo
menos (denarios para Roma). En escenarios semejantes donde los delincuentes
extorsionan y amenazan con quitar la vida, no podemos actuar con temeridad. La
vida vale más que los bienes. Esto no significa que haya que ser crédulo ni
ingenuo para dejarse engañar. Sin embargo, cuando las amenazas son reales y la
brutalidad de los agresores es evidente, conviene recordar la respuesta de
Jesús: sean astutos como serpientes y cándidos como palomas, a fin de preservar
la vida.
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