sábado, 23 de junio de 2018

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20180624




UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO

La profecía de Isaías presenta a una figura misteriosa que comparte el sentido último de su existencia. El personaje anónimo se identifica a sí mismo como Siervo de Dios. El servicio que realizará no estará definido por el uso de la fuerza militar ni por el despliegue del poder político. Sera una vocación marcada por el uso constante de la palabra. Las habilidades del profeta tienen que ver con el lenguaje. Hablar y profetizar no es un asunto menor. Es necesario honrar con la congruencia lo que se anuncia y denuncia. No basta con subir, compartir y propagar "memes" y noticias basuras sobre la desprestigiada clase política para ser un ciudadano responsable o un profeta creyente y contemplativo. La capacidad de analizar críticamente la información, de proponer alternativas, de mirar con esperanza y sobre todo, de participar, metiendo el hombro a los problemas es más importante y decisivo que propagar información intrascendente en las redes. La calidad profética de Juan Bautista será siempre un referente para los ciudadanos cristianos.

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