UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO
Los registros
no mienten. Octubre de 2017 se convirtió en el mes con más homicidios dolosos
desde que se llevan registros. No podemos desechar una pregunta incómoda: ¿Cómo
entender que una sociedad que se declara mayoritariamente cristiana muestre
conductas tan negativas en relación al cuidado y respeto de la vida humana? No
solamente tenemos altos índices de homicidios, sino que padecemos otras
conductas violentas como el secuestro, la violencia y el maltrato contra las
mujeres. No hay relación lógica ni justa entre la creencia en un Padre creador
que respeta la vida y una conducta violenta por parte de tantos supuestos
creyentes en el Dios amigo de la vida. El desfase entre la fe y la vida fue
señalado por el Concilio Vaticano II como uno de los fracasos de nuestra
iglesia católica. El cristiano congruente necesita marcar una diferencia,
viviendo y formando personas amantes de la vida.
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