sábado, 23 de junio de 2018

DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 24 de junio 2018




DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B

Domingo 24 de junio 2018

Natividad de San Juan Bautista

ANTÍFONA DE ENTRADA Jn 1, 6-7; Lc 1, 17

Vino un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. El vino para dar testimonio de la luz y prepararle al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo.


GLORIA

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.


ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que suscitaste a san Juan Bautista para prepararle a Cristo, el Señor, un pueblo dispuesto a recibirlo, concede ahora a tu Iglesia el don de la alegría espiritual, y guía a tus fieles por el camino de la salvación y de la paz. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Te convertiré en luz de las naciones.

Del libro del profeta Isaías: 49,1- 6

Escúchenme, islas; pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde el vientre de mi madre; cuando aún estaba yo en el seno materno, él pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su mano, me hizo flecha puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: "Tú eres mi siervo, Israel; en ti manifestaré mi gloria". Entonces yo pensé: "En vano me he cansado, inútilmente he gastado mis fuerzas; en realidad mi causa estaba en manos del Señor, mi recompensa la tenía mi Dios".
Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para que fuera su servidor, para hacer que Jacob volviera a él y congregar a Israel en torno suyo —tanto así me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza—Ahora, pues, dice el Señor: "Es poco que seas mi siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y reunir a los sobrevivientes de Israel; te voy a convertir en luz de las naciones, para que mi salvación llegue hasta los últimos rincones de la tierra".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 138, 1-3. 13-14ab. 14c-15

R. Te doy gracias, Señor, porque me has formado maravillosamente.

Tú me conoces, Señor, profundamente: tú conoces cuándo me siento y me levanto, desde lejos sabes mis pensamientos, tú observas mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. R/

Tú formaste mis entrañas, me tejiste en el seno materno te doy gracias por tan grandes maravillas; soy un prodigio y tus obras son prodigiosas. R/.

Conocías plenamente mi alma; no se te escondía mi organismo, cuando en lo oculto me iba formando y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.


SEGUNDA LECTURA

Antes de que Jesús llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de penitencia.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 13, 22-26

En aquellos días, Pablo les dijo a los judíos: "Hermanos: Dios les dio a nuestros padres como rey a David, de quien hizo esta alabanza: He hallado a David, hijo de Jesé, hombre según mi corazón, quien realizará todos mis designios.
Del linaje de David, conforme a la promesa, Dios hizo nacer para Israel un salvador: Jesús. Juan preparó su venida, predicando a todo el pueblo de Israel un bautismo de penitencia, y hacia el final de su vida, Juan decía: `Yo no soy el que ustedes piensan. Después de mí viene uno a quien no merezco desatarle las sandalias'.
Hermanos míos, descendientes de Abraham, y cuantos temen a Dios: Este mensaje de salvación les ha sido enviado a ustedes".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 1, 76
R. Aleluya, aleluya.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos.

R. Aleluya, aleluya.


EVANGELIO

Juan es su nombre.

Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 57-66.80

Por aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles: "No. Su nombre será Juan". Ellos le decían: "Pero si ninguno de tus parientes se llama así".
Entonces le preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamara el niño. El pidió una tablilla y escribió: "Juan es su nombre". Todos se quedaron extrañados. En ese momento a Zacarías se le soltó la lengua, recobró el habla y empezó a bendecir a Dios.
Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos y en toda la región montañosa de Judea se comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de ello se preguntaban impresionados: "¿Qué va a ser de este niño?". Esto lo decían, porque realmente la mano de Dios estaba con él.
El niño se iba desarrollando físicamente y su espíritu se iba fortaleciendo, y vivió en el desierto hasta el día en que se dio a conocer al pueblo de Israel.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


REFLEXIÓN: Al fiel testimonio del Bautista en favor de la mesianidad de Jesús correspondió el aval de Cristo sobre la grandeza sin igual de su precursor: Juan es "el más grande de los profetas", y "el mayor entre todos los nacidos de mujer"... Él es un hombre sincero y honesto, que practica la denuncia del mal, aunque en ello le vaya la vida. Él es un hombre humilde y sensato, que reconoce que su persona y su anuncio están en función de otro superior a él, del que él es simple testigo. Una sola frase condensa todo el su mensaje: "Conviértanse, porque está cerca el Reino de Dios". A la gente bien dispuesta el Bautista les propone dos actitudes básicas: amor y justicia.


PROFESOIÓN DE FE

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.


PLEGARIA UNIVERSAL

Imploremos humildemente a Dios Padre, que ha manifestado su misericordia para con el mundo enviando a san Juan Bautista como precursor de Jesucristo, y pidámosle por todos los hombres.

Para que la Iglesia de Dios anuncie a Cristo con tal convicción y entusiasmo, que los hombres se conviertan y crean en él, roguemos al Señor

Para que el pueblo de Israel, escuchando la voz de Juan y los profetas, llegue a reconocer a Cristo como su Mesías y Salvador de todos, roguemos al Señor

Para que quienes viven esclavizados por el pecado encuentren en su camino una voz que los llame a la conversión, roguemos al Señor.

Para que nosotros sigamos a Cristo con la misma fidelidad con que Juan lo precedió, roguemos al Señor.

Bendice, Padre de misericordia, a tu pueblo, y, pues-to que pone su confianza en la intercesión de san Juan Bautista, concédele todo lo que con fe te ha pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Presentamos, Señor, en tu altar estos dones, al celebrar con el debido honor el nacimiento de aquel que no sólo anunció al Salvador que habría de venir, sino, además, lo mostró ya presente. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.


PREFACIO

La misión del Precursor

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque en la persona de su Precursor, Juan el Bautista, alabamos tu magnificencia, ya que lo consagraste con el más grande honor entre todos los nacidos de mujer. Al que fuera, en su nacimiento, ocasión de gran júbilo, y aun antes de nacer saltara de gozo ante la llegada de la salvación humana, le fue dado, sólo a él entre todos los profetas, presentar al Cordero que quita el pecado del mundo. Yen favor de quienes habrían de ser santificados, lavó en agua viva al mismo autor del bautismo, y mereció ofrecerle el supremo testimonio de su sangre. Por eso, unidos a los ángeles, te alabamos continuamente en la tierra, proclamando tu grandeza sin cesar: Santo, Santo, Santo...


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 1, 78

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos ha visitado el sol que nace de lo alto.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados por el banquete celestial del Cordero, te rogamos, Señor, que tu Iglesia, llena de alegría por el nacimiento de Juan el Bautista, reconozca en aquel que Juan anunció que habría de venir al autor de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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