DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B
Domingo 24 de junio 2018
Natividad de San Juan Bautista
ANTÍFONA DE ENTRADA Jn 1, 6-7; Lc 1, 17
Vino un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. El vino para dar
testimonio de la luz y prepararle al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que suscitaste a san Juan Bautista para prepararle a
Cristo, el Señor, un pueblo dispuesto a recibirlo, concede ahora a tu Iglesia
el don de la alegría espiritual, y guía a tus fieles por el camino de la
salvación y de la paz. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Te convertiré en luz de las naciones.
Del libro del profeta Isaías: 49,1- 6
Escúchenme, islas; pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde
el vientre de mi madre; cuando aún estaba yo en el seno materno, él pronunció
mi nombre.
Hizo de mi boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su mano,
me hizo flecha puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: "Tú eres mi
siervo, Israel; en ti manifestaré mi gloria". Entonces yo pensé: "En
vano me he cansado, inútilmente he gastado mis fuerzas; en realidad mi causa
estaba en manos del Señor, mi recompensa la tenía mi Dios".
Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para que
fuera su servidor, para hacer que Jacob volviera a él y congregar a Israel en
torno suyo —tanto así me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza—Ahora, pues,
dice el Señor: "Es poco que seas mi siervo sólo para restablecer a las
tribus de Jacob y reunir a los sobrevivientes de Israel; te voy a convertir en
luz de las naciones, para que mi salvación llegue hasta los últimos rincones de
la tierra".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 138, 1-3. 13-14ab. 14c-15
R. Te doy gracias, Señor, porque me has formado maravillosamente.
Tú me conoces, Señor, profundamente: tú conoces cuándo me siento y me
levanto, desde lejos sabes mis pensamientos, tú observas mi camino y mi
descanso, todas mis sendas te son familiares. R/
Tú formaste mis entrañas, me tejiste en el seno materno te doy gracias
por tan grandes maravillas; soy un prodigio y tus obras son prodigiosas. R/.
Conocías plenamente mi alma; no se te escondía mi organismo, cuando en
lo oculto me iba formando y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.
SEGUNDA LECTURA
Antes de que Jesús llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de
penitencia.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 13, 22-26
En aquellos días, Pablo les dijo a los judíos: "Hermanos: Dios les
dio a nuestros padres como rey a David, de quien hizo esta alabanza: He hallado
a David, hijo de Jesé, hombre según mi corazón, quien realizará todos mis
designios.
Del linaje de David, conforme a la promesa, Dios hizo nacer para Israel
un salvador: Jesús. Juan preparó su venida, predicando a todo el pueblo de
Israel un bautismo de penitencia, y hacia el final de su vida, Juan decía: `Yo
no soy el que ustedes piensan. Después de mí viene uno a quien no merezco
desatarle las sandalias'.
Hermanos míos, descendientes de Abraham, y cuantos temen a Dios: Este
mensaje de salvación les ha sido enviado a ustedes".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 1, 76
R. Aleluya, aleluya.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del
Señor a preparar sus caminos.
R. Aleluya, aleluya.
EVANGELIO
Juan es su nombre.
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 57-66.80
Por aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un
hijo. Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había
manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían poner Zacarías,
como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles: "No. Su nombre será
Juan". Ellos le decían: "Pero si ninguno de tus parientes se llama
así".
Entonces le preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamara
el niño. El pidió una tablilla y escribió: "Juan es su nombre". Todos
se quedaron extrañados. En ese momento a Zacarías se le soltó la lengua,
recobró el habla y empezó a bendecir a Dios.
Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos y en toda la región
montañosa de Judea se comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de ello se
preguntaban impresionados: "¿Qué va a ser de este niño?". Esto lo
decían, porque realmente la mano de Dios estaba con él.
El niño se iba desarrollando físicamente y su espíritu se iba
fortaleciendo, y vivió en el desierto hasta el día en que se dio a conocer al
pueblo de Israel.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN: Al fiel testimonio del Bautista en favor de la mesianidad de
Jesús correspondió el aval de Cristo sobre la grandeza sin igual de su
precursor: Juan es "el más grande de los profetas", y "el mayor
entre todos los nacidos de mujer"... Él es un hombre sincero y honesto,
que practica la denuncia del mal, aunque en ello le vaya la vida. Él es un
hombre humilde y sensato, que reconoce que su persona y su anuncio están en
función de otro superior a él, del que él es simple testigo. Una sola frase
condensa todo el su mensaje: "Conviértanse, porque está cerca el Reino de
Dios". A la gente bien dispuesta el Bautista les propone dos actitudes básicas:
amor y justicia.
PROFESOIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Imploremos humildemente a Dios Padre, que ha manifestado su
misericordia para con el mundo enviando a san Juan Bautista como precursor de
Jesucristo, y pidámosle por todos los hombres.
Para que la Iglesia de Dios anuncie a Cristo con tal convicción y
entusiasmo, que los hombres se conviertan y crean en él, roguemos al Señor
Para que el pueblo de Israel, escuchando la voz de Juan y los profetas,
llegue a reconocer a Cristo como su Mesías y Salvador de todos, roguemos al
Señor
Para que quienes viven esclavizados por el pecado encuentren en su
camino una voz que los llame a la conversión, roguemos al Señor.
Para que nosotros sigamos a Cristo con la misma fidelidad con que Juan
lo precedió, roguemos al Señor.
Bendice, Padre de misericordia, a tu pueblo, y, pues-to que pone su
confianza en la intercesión de san Juan Bautista, concédele todo lo que con fe
te ha pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Presentamos, Señor, en tu altar estos dones, al celebrar con el debido
honor el nacimiento de aquel que no sólo anunció al Salvador que habría de
venir, sino, además, lo mostró ya presente. Él, que vive y reina por los siglos
de los siglos.
PREFACIO
La misión del Precursor
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque en la persona de su Precursor, Juan el Bautista, alabamos tu
magnificencia, ya que lo consagraste con el más grande honor entre todos los
nacidos de mujer. Al que fuera, en su nacimiento, ocasión de gran júbilo, y aun
antes de nacer saltara de gozo ante la llegada de la salvación humana, le fue
dado, sólo a él entre todos los profetas, presentar al Cordero que quita el
pecado del mundo. Yen favor de quienes habrían de ser santificados, lavó en
agua viva al mismo autor del bautismo, y mereció ofrecerle el supremo
testimonio de su sangre. Por eso, unidos a los ángeles, te alabamos
continuamente en la tierra, proclamando tu grandeza sin cesar: Santo, Santo,
Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 1, 78
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos ha visitado el sol
que nace de lo alto.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados por el banquete celestial del Cordero, te rogamos, Señor, que
tu Iglesia, llena de alegría por el nacimiento de Juan el Bautista, reconozca
en aquel que Juan anunció que habría de venir al autor de la salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
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