domingo, 17 de junio de 2018

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20180617



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO

Cuando se revisan los libros de historia se cae en la cuenta que el rumbo de los acontecimientos no es progresivo ni constante. Los imprevistos, las regresiones están a la vista. No obstante, los cristianos, afirmamos que Dios, Señor de la historia, sabe a dónde conducir su proyecto de vida y de amor. Por más que los pesimistas y desesperanzados reiteren que la historia la escriben los malos, nosotros estamos ciertos que la victoria de Cristo resucitado es algo irreversible. El principio esperanza nos sostiene y nos libra de la parálisis y el conformismo. Los retos enormes que representan las migraciones, la pobreza de tantas naciones, los desafíos del cambio climático, no son maldiciones ni destinos fatales, que no podamos ir acotando. En el árbol enorme que crece despacio, existe un lugar para todos. Lo dijo el Señor Jesús, afirmando de muchas maneras, que el Reino está abierto para todos y que nadie quedará excluido, si se decide a participar.


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