H EMOS VISTO AL SEÑOR
A partir de estos fragmentos pascuales podemos
corroborar que efectivamente la fe nace de la predicación. Nadie podrá confesar
a Jesús como Señor —así lo ilustra el episodio de Tomás—si no recibe el
testimonio creíble de quienes vieron y escucharon a Jesús resucitado. Los
relatos pascuales insisten en afirmarlo. Fue necesario que Jesús se dejara ver
una y otra vez para que cayera el manto de confusión y resistencia que
bloqueaba la mente de los discípulos. No harían falta evidencias palpables
sobre la presencia física del resucitado como reclamaba Tomás. El sumario de
curaciones que nos reporta el libro de los Hechos así lo documenta. A través de
las señales de vida y humanidad que los apóstoles realizaban en favor de los
enfermos, las personas accedían a la fe en Cristo resucitado.
ANTÍFONA DE ENTRADA 1 Pe 2, 2
Como niños recién nacidos, anhelen una leche pura y
espiritual que los haga crecer hacia la salvación. Aleluya.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios de eterna misericordia, que reanimas la fe de
este pueblo a ti consagrado con la celebración anual de las fiestas pascuales,
aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que todos comprendamos mejor
la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que
nos ha regenerado y el precio de la Sangre que nos ha redimido. Por nuestro
Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Crecía el número de los creyentes en el Señor.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5, 12-16
En aquellos días, los apóstoles realizaban muchos
signos y prodigios en medio del pueblo. Todos los creyentes solían reunirse,
por común acuerdo, en el pórtico de Salomón. Los demás no se atrevían a
juntárseles, aunque la gente los tenía en gran estima.
El número de hombres y mujeres que creían en el
Señor iba creciendo de día en día, hasta el punto de que tenían que sacar en
literas y camillas a los enfermos y ponerlos en las plazas, para que, cuando
Pedro pasara, al menos su sombra cayera sobre alguno de ellos.
Mucha gente de los alrededores acudía a Jerusalén y
llevaba a los enfermos y a los atormentados por espíritus malignos, y todos
quedaban curados. Palabra de Dios Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 117, 2-4. 22-24. 25-27a
R/. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
Diga la casa de Israel: "Su misericordia es
eterna". Diga la casa de Aarón: "Su misericordia es eterna".
Digan los que temen al Señor: "Su misericordia es eterna". R/.
La piedra que desecharon los constructores, es
ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro
patente. Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.
Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el
que vienen nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Que el
Señor, nuestro Dios, nos ilumine. R/.
SEGUNDA LECTURA
Estuve muerto y ahora, como ves; estoy vivo para
siempre.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 1,
9-11. 12- 13. 17-19
Yo, Juan, hermano y compañero de ustedes en la
tribulación, en el Reino y en la perseverancia en Jesús, estaba desterrado en
la isla de Patmos, por haber predicado la palabra de Dios y haber dado
testimonio de Jesús. Un domingo caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz
potente, como de trompeta, que decía: "Escribe en un libro lo que veas y
envíalo a las siete comunidades cristianas de Asia". Me volví para ver
quién me hablaba, y al volverme, vi siete lámparas de oro, y en medio de ellas,
un hombre vestido de larga túnica, ceñida a la altura del pecho, con una franja
de oro.
Al contemplarlo, caí a sus pies como muerto; pero
él, poniendo sobre mí la mano derecha, me dijo: "No temas. Yo soy el
primero y el último; yo soy el que vive. Estuve muerto y ahora, como ves, estoy
vivo por los siglos de los siglos. Yo tengo las llaves de la muerte y del más
allá. Escribe lo que has visto, tanto sobre las cosas que están sucediendo,
como sobre las que sucederán después". Palabra de Dios Te alabamos Señor
SECUENCIA
Opcional
Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
"¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?"
"A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua."
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 20, 29
R/. Aleluya, aleluya.
Tomás, tú crees, porque me has visto. Dichosos los
que creen sin haberme visto, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Ocho días después, se les apareció Jesús.
Del santo Evangelio según san Juan: 20,19-31
Al anochecer del día de la resurrección, estando
cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a
los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté
con ustedes". Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los
discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús:
"La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envió
yo". Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban el
Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y
a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar".
Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo,
no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían:
"Hemos visto al Señor". Pero él les contestó: "Si no veo en sus
manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos
y no meto mi mano en su costado, no creeré".
Ocho días después, estaban reunidos los discípulos
a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio
de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Luego le dijo a
Tomás: "Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en
mi costado y no sigas dudando, si no cree". Tomás le respondió:
"¡Señor mío y Dios mío!". Jesús añadió: "Tú crees porque me has
visto; dichosos los que creen sin haber visto". Otros muchos signos hizo
Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritos en este libro. Se
escribieron éstos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de
Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre. Palabra del Señor. Gloria
a ti Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo
y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a
los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí
ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa
Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Llenos de gozo por la santa resurrección del Señor,
purificados nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos al
Señor, diciendo: Rey vencedor, escúchanos. R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo que, con su gloriosa resurrección ha vencido
la muerte y ha destruido el pecado, pidámosle que todos los cristianos sean
siempre fieles a las promesas del bautismo que renovaron en la noche santa de
Pascua.
A Cristo que, con su santa resurrección, ha
otorgado el perdón y la paz a los pecadores, supliquémosle que quienes han
regresado al camino de la vida conserven los dones que la misericordia del
Padre les ha restituido.
A Cristo que, con su gloriosa resurrección, ha dado
al mundo la vida verdadera y ha renovado toda la creación, pidámosle por los
que, por no creer en su triunfo, viven sin esperanza.
A Cristo que, con su santa resurrección, ha colmado
de alegría a los pueblos y los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar
nuestros corazones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y
lloran.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección,
anunció la alegría a las mujeres, y por medio de las mujeres a los apóstoles. Y
por medio de los apóstoles al mundo entero, pidamos»: por los que nos hemos
reunido para celebrar su triunfo.
Señor, Dios nuestro, que cada domingo reúnes a tu
pueblo para que celebre el triunfo de tu Hijo, el primero y el último, el que
estaba muerto y ahora vive por los siglos de los siglos, escucha nuestra
oración y danos la fuerza de tu Espíritu, para que, destruidas las fuerzas del
mal, te ofrezcamos, juntamente con nuestro amor, el obsequio de nuestra
obediencia libre. Por Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina, inmortal y
glorioso, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo (y de los
recién bautizados), para que renovados por la confesión de tu nombre y por el
bautismo, consigamos la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO I DE PASCUA
El Misterio Pascual
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca (en esta noche) (en
este día) (en este tiempo), en que
Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado. Porque él es el verdadero Cordero que
quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando,
restauró la vida. Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero
se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los
arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 20, 27
Jesús dijo a Tomás: Acerca tu mano, toca los
agujeros que dejaron los clavos y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, concédenos que la gracia
recibida en este sacramento pascual permanezca siempre en nuestra vida. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
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