viernes, 27 de septiembre de 2019

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20190929





Cuando se diluyen los vínculos entre las personas aparece la insensibilidad. Los israelitas del tiempo de Amós vivían en una sociedad tan polarizada como la nuestra. Quienes disponían de mucha riqueza veían como extraños a los que carecían de esa. En palabras de los estudiosos de nuestra sociedad, somos un país dual, donde coexisten dos mundos que no se tocan. De un lado un estrecho sector que maneja una enorme cantidad de riquezas, del otro, una enorme cantidad de ciudadanos, que parecen no serlo, porque están desprovistos de oportunidades. El relato evangélico señala la importancia de realizar cambios sociales en el momento oportuno. Una sociedad con inclusión y menos polarización es más habitable que una sociedad de tantos contrastes. Desde la óptica de la fe, los cristianos que disponemos de mejores oportunidades, tenemos la responsabilidad de traducir nuestra conciencia de fraternidad, apoyando iniciativas que promuevan la mejoría en las condiciones de vida de los menos favorecidos.

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