DISCURSO O ACCIÓN
Ez 34,11-12.15-17; 1 Cor 15, 20-26; Mt 25,31-46
El profeta Ezequiel desautoriza a los pastores que
ostentan el nombre de tales, mientras que en lugar de apacentar y defender a
las ovejas, se ocupan enfermizamente de sí mismos. El Señor Jesús es el
verdadero modelo de pastor, que no se conforma con presentarse como tal, sino
que honra su nombre, sirviendo hasta el límite de entregar su vida. Los
discípulos del genuino pastor tenemos que reproducir su opción fundamental,
vivir haciendo el bien, compadeciéndonos de los necesitados. No es suficiente
hablar en su nombre, ni declararse su seguidor, es indispensable ajustarse a
los valores evangélicos de la caridad compasiva y la solidaridad desinteresada.
Este relato evangélico nos recuerda que lo decisivo en la hora definitiva del
juicio ante el Padre no son las palabras persuasivas, sino las acciones
generosas y eficaces en favor de los demás. Eso es lo que nos acredita delante
del Señor Jesús.
ANTÍFONA DE ENTRADA Ap 5,12; 1,6
Digno es el Cordero que fue inmolado, de recibir
poder y la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor. A El la gloria y el
imperio por los siglos de los siglos.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste
fundamentar todas las cosas en tu Hijo muy amado, Rey del universo, concede,
benigno, que toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu
majestad y te alabe eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carneros
y machos cabríos.
Del libro del profeta Ezequiel: 34,11-12.15-17
Esto dice el Señor Dios: "Yo mismo iré a
buscar a mis ovejas y velaré por ellas. Así como un pastor vela por su rebaño
cuando las ovejas se encuentran dispersas, así velaré yo por mis ovejas e iré
por ellas a todos los lugares por donde se dispersaron un día de niebla y
oscuridad.
Yo mismo apacentaré a mis ovejas, yo mismo las haré
reposar, dice el Señor Dios. Buscaré a la oveja perdida y haré volver a la
descarriada; curaré a la herida, robusteceré a la débil, y a la que está gorda
y fuerte, la cuidaré. Yo las apacentaré con justicia.
En cuanto a ti, rebaño mío, he aquí que yo voy a
juzgar entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos". Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 22, 1-2a. 2h-3. 5-6.
R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes
praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis
fuerzas. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis
adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes.
R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos
los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término. R/.
SEGUNDA LECTURA
Cristo le entregará el Reino a su Padre para que
Dios sea todo en todas las cosas.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los
corintios: 15, 20-26. 28
Hermanos: Cristo resucitó, y resucitó como la
primicia de todos los muertos. Porque si por un hombre vino la muerte, también
por un hombre vendrá la resurrección de los muertos.
En efecto, así como en Adán todos mueren, así en
Cristo todos volverán a la vida; pero cada uno en su orden: primero Cristo,
como primicia; después, a la hora de su advenimiento, los que son de Cristo.
Enseguida será la consumación, cuando, después de
haber aniquilado todos los poderes del mal, Cristo entregue el Reino a su
Padre. Porque él tiene que reinar hasta que el Padre ponga bajo sus pies a
todos sus enemigos. El último de los enemigos en ser aniquilado, será la
muerte. Al final, cuando todo se le haya sometido, Cristo mismo se someterá al
Padre, y así Dios será todo en todas las cosas. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mc 11. 9. 10
R/. Aleluya, aleluya.
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David! R/.
EVANGELIO
Se sentará en su trono de gloria y apartará a los
unos de los otros.
Del santo Evangelio según san Mateo: 25, 31-46
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de
todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas
ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta
el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a
los cabritos a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha: 'Vengan,
benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la
creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y
me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron,
enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme'. Los justos le
contestarán entonces: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer,
sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o
desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a
ver?'. Y el rey les dirá: 'Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más
insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron'.
Entonces dirá también a los de la izquierda:
'Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y
sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me
dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me
vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron'.
Entonces ellos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te
vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no
te asistimos?'. Y él les replicará: 'Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron
con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo'. Entonces
irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna". Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado
a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que
es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Dirijamos, llenos de confianza, nuestras súplicas a
Cristo, supremo Señor de la vida y de la muerte y rey de todas las creaturas
del cielo y de la tierra y digamos: Rey de la Gloria, escúchanos. (R/. Rey de
la gloria, escúchanos.)
Para que los pastores y fieles de la Iglesia se
esfuercen con celo para reconciliar al universo con Dios y en pacificar por la
sangre de la cruz de Jesucristo a todas las creaturas, roguemos al Señor.
Para que la semilla evangélica, escondida en las
diversas religiones y culturas, germine y se manifieste, y todos los hombres
reconozcan con gozo que Cristo es Señor, para gloria de Dios Padre, roguemos al
Señor.
Para que quienes aún viven bajo el dominio de la
ignorancia, el pecado o el sufrimiento sean trasladados al reino de Cristo y
encuentren el fin de sus penas, roguemos al Señor.
Para que los que hoy celebramos la solemnidad de
Cristo, Señor supremo del universo, a quien están destinadas todas las cosas,
participemos también un día en la herencia del pueblo santo, en el reino de la
luz, roguemos al Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que, para edificar tu
reino en medio de los cambios y dificultades de la historia, has constituido a
tu Hijo rey único y pastor universal de todos los hombres, escucha nuestras
oraciones y afianza en nosotros la certeza de que llegará el día en que,
aniquilado el último enemigo, la muerte, Cristo, tu Hijo, someterá a ti su
reino, y tú lo serás todo para todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al ofrecerte, Señor, el sacrificio de la
reconciliación humana, te suplicamos humildemente que tu Hijo conceda a todos
los pueblos los dones de la unidad y de la paz. Él, que vive y reina por los
siglos de los siglos.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno. Porque has ungido con el óleo de la alegría, a tu Hijo
único, nuestro Señor Jesucristo, como Sacerdote eterno y Rey del universo, para
que, ofreciéndose a sí mismo como víctima perfecta y pacificadora en el altar
de la cruz, consumara el misterio de la redención humana; y, sometiendo a su
poder la creación entera, entregara a tu majestad infinita un Reino eterno y
universal: Reino de la verdad y de la vida, Reino de la santidad y de la
gracia, Reino de la justicia, del amor y de la paz. Por eso, con los ángeles y
los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de
tu gloria: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 28, 10-11
En su trono reinará el Señor para siempre y le dará
a su pueblo la bendición de la paz.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido, Señor, el alimento de vida
eterna, te rogamos que quienes nos gloriamos de obedecer los mandamientos de
Jesucristo, Rey del universo, podamos vivir eternamente con él en el reino de
los cielos. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
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