DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A
Domingo 15 de noviembre 2020
CADA UNO SEGÚN SU CAPACIDAD
Prov 31.10-13. 19-20.30-31; 1 Tes 5,1-6; Mt
25,14-30
Tres empleados reciben diversas cantidades de manos
de su amo. Mientras que uno recibe cinco millones, otro recibe dos y el último
apenas un millón. Inequidad y discriminación podrían haber alegado quienes
recibieron menos. El relato evangélico no pone el acento en el igualitarismo,
sino en la equidad. Cada quien recibe responsabilidades dependiendo de las
capacidades. No se pueden encargar tareas delicadas a personas incompetentes
por afán de practicar la equidad. Lo que cuenta según la parábola es que cada
quien descubra sus competencias y talentos y los haga fructificar,
multiplicando así las oportunidades de vida digna. La inoperancia, la pasividad
y la improductividad no son conformes al espíritu cristiano. Somos
administradores de los bienes de la creación y debemos asegurar un manejo
sustentable que garantice aire, agua, suelo limpio para todos los que vendrán
después de nosotros.
ANTÍFONA DE ENTRADA Jr 29, 11. 12. 14
Yo tengo designios de paz, no de aflicción, dice el
Señor. Ustedes me invocarán y yo los escucharé y los libraré de la esclavitud
donde quiera que se encuentren.
GLORIA
Gloria
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, Dios nuestro, alegrarnos siempre
en tu servicio porque la profunda y verdadera alegría está en servirte siempre
a ti, autor de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Trabaja con sus hábiles manos.
Del libro de los Proverbios: 31, 10-13.19-20. 30-31
Dichoso el hombre que encuentra una mujer
hacendosa: muy superior a las perlas es su valor.
Su marido confía en ella y, con su ayuda, él se
enriquecerá; todos los días de su vida le procurará bienes y no males.
Adquiere lana y lino y los trabaja con sus hábiles
manos.
Sabe manejar la rueca y con sus dedos mueve el
huso; abre sus manos al pobre y las tiende al desvalido.
Son engañosos los encantos y vana la hermosura;
merece alabanza la mujer que teme al Señor. Es digna de gozar del fruto de sus
trabajos y de ser alabada por todos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 127,1-2.3.4-5.
R/. Dichoso el que teme al Señor.
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos:
comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien. R/.
Su mujer como vid fecunda, en medio de su casa; sus
hijos, como renuevos de olivo, alrededor de su mesa. R/.
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor:
"Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén,
todos los días de tu vida". R/.
SEGUNDA LECTURA
Que el día del Señor no los sorprenda como un
ladrón.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los
tesalonicenses: 5, 1-6
Hermanos: Por lo que se refiere al tiempo y a las
circunstancias de la venida del Señor, no necesitan que les escribamos nada,
puesto que ustedes saben perfectamente que el día del Señor llegará como un
ladrón en la noche. Cuando la gente esté diciendo: "¡Qué paz y qué
seguridad tenemos!", de repente vendrá sobre ellos la catástrofe, como de
repente le vienen a la mujer encinta los dolores del parto, y no podrán escapar.
Pero a ustedes, hermanos, ese día no los tomará por
sorpresa, como un ladrón, porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son
hijos de la luz y del día, no de la noche y las tinieblas.
Por lo tanto, no vivamos dormidos, como los malos;
antes bien, mantengámonos despiertos y vivamos sobriamente.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 15, 4. 5
R/. Aleluya, aleluya.
Permanezcan en mí y yo en ustedes, dice el Señor;
el que permanece en mí da fruto abundante. R/.
EVANGELIO
Porque has sido fiel en cosas de poco valor, entra
a tomar parte en la alegría de tu señor.
Del santo Evangelio según san Mateo: 25, 14-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta
parábola: "El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a
salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les
encargó sus bienes. A uno le dio cinco millones; a otro, dos; y a un tercero,
uno, según la capacidad de cada uno, y luego se fue.
El que recibió cinco millones fue enseguida a
negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó
otros dos. En cambio, el que recibió un millón hizo un hoyo en la tierra y allí
escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y
llamó a cuentas a sus servidores. Se acercó el que había recibido cinco
millones y le presentó otros cinco, diciendo: 'Señor, cinco millones me
dejaste; aquí tienes otros cinco, que con ellos he ganado'. Su señor le dijo:
'Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco
valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de
tu señor'.
Se acercó luego el que había recibido dos millones
y le dijo: 'Señor, dos millones me dejaste; aquí tienes otros dos, que con
ellos he ganado'. Su señor le dijo: 'Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto
que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor.
Entra a tomar parte en la alegría de tu señor'.
Finalmente, se acercó el que había recibido un
millón y le dijo: 'Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que quieres
cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve
miedo y fui a esconder tu millón bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo'.
El señor le respondió: 'Siervo malo y perezoso. Sabías
que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por qué,
entonces, no pusiste mi dinero en el banco para que, a mi regreso, lo recibiera
yo con intereses? Quítenle el millón y dénselo al que tiene diez.
Pues al que tiene se le dará y le sobrará; pero al
que tiene poco, se le quitará aun eso poco que tiene. Y a este hombre inútil,
échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación' ".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado
a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que
es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras
súplicas y acoja con bondad nuestras peticiones, digamos con fe y devoción: Te
rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para que el Señor, el único que puede inspirar y
llevar a término los buenos propósitos, multiplique el número de fieles que,
abandonando todas las cosas, se consagren exclusivamente a él en la vida
religiosa, roguemos al Señor.
Para que Dios, al que han de servir los poderes
humanos, conceda a los jefes de las naciones, buscar la voluntad divina, temer
a Dios en el cumplimiento de su misión y acertar en sus decisiones, roguemos al
Señor.
Para que Dios, que ha creado los alimentos para los
seres vivos, mire con misericordia a las creaturas que en distintos lugares
pasan hambre y les conceda el alimento necesario, roguemos al Señor.
Para que el Señor, que nos ha dado el mandamiento
nuevo del amor, nos dé fuerza para amar a nuestros enemigos y para cumplir su
precepto de devolver bien por mal, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que has confiado al hombre los bienes
de la creación y de la gracia, escucha nuestras oraciones y haz que nuestro
trabajo multiplique los dones que tu providencia ha puesto a nuestra
disposición; que siempre estemos atentos y en vela, mientras esperamos el
regreso de tu Hijo, de manera que podamos alegrarnos de que en el último día
nos llame servidores fieles y cumplidores, buenos y de toda confianza, y
entremos así en el gozo de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que estas ofrendas que ponemos
bajo tu mirada, nos obtengan la gracia de vivir entregados a tu servicio y nos
alcancen, en recompensa, la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por
su Misterio Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud
del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real,
nación consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna
en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 72, 28
Mi felicidad consiste en estar cerca de Dios y en
poner sólo en él mis esperanzas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir, Señor, el don de estos sagrados
misterios, te suplicamos humildemente que lo que tu Hijo nos mandó celebrar en
memoria suya, nos aproveche para crecer en nuestra caridad fraterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
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