sábado, 12 de diciembre de 2020

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20201213

Nunca ha caído completamente del cielo la salvación. Todos los momentos de bendición que Dios nos ha regalado han tenido que emparejarse con procesos históricos de renovación personal y social. Un pueblo de personas corruptas, insolidarias y egoístas no puede ser salvado. Dios no violenta la libertad humana. Juan Bautista invitaba a confesar los pecados. Sin autocrítica, sin la voluntad de hacemos responsables de nuestras acciones no hay cuarta ni quinta transformación. Palabrería barata. La historia pondrá a esta generación en su merecido lugar. Ciudadanos y gobernantes hemos sido omisos. Quien no reconozca sus fallos no podrá renovarse. Mientras más soberbia muestran los que nos gobiernan, menos posibilidades tendremos de conseguir una renovación verdadera de nuestra vida pública. Los discípulos de Jesús sabemos que Dios nos invita a ser partícipes en unas relaciones pacíficas y justas. Somos invitados a ser testigos congruentes de su proyecto de salvación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario