miércoles, 30 de diciembre de 2020

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20210103

Nuestra nación no ha tenido siempre una relación serena con "el otro" religioso. Desde la Conquista, con la extirpación de las religiones indígenas, hasta la actualidad, marcada por las sectas encerradas en sus ideas, nuestra nación no siempre ha sabido relacionar muy bien la fe cristiana con las demás religiones. En contraste, el papa Francisco se ha mostrado abierto a los demás, desde sus días como arzobispo de Buenos Aires cuando integró a algunos rabinos entre sus amigos, hasta sus iniciativas papales hacia los musulmanes e incluso hacia los ateos. No se trata de un teocentrismo vago, que no toma en serio las religiones pasando por alto las diferencias notables entre ellas, ni de un relativismo fácil, que pareciera no conocer la verdad. Se trata del amor hacia "el otro". Quizá hoy podemos reflexionar sobre nuestro actuar ecuménico en el sentido más amplio.

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