LA COMPAÑÍA DE LOS PROFETAS
Is 61,1-2. 10-11; 1 Tes 5,16-24; Jn 1,6-8. 19-28
El Señor Jesús recurrió en distintos momentos a los
mensajes del profeta Isaías para descifrar el misterio de su misión como
enviado del Padre, de manera especial se apropió del oráculo del profeta Isaías
que nos presenta la liturgia. Siguiendo el tono del pasaje advertimos que Jesús
es un hombre genuino que tiene clara conciencia de su misión y su autoridad. Él
no actuará a título personal, sino en calidad de enviado de Dios; más aún,
realizará una misión martirial y dolorosa que sería imposible de cumplir sin la
fuerza del Espíritu. Jesús, el hijo de Dios, sabe y vive como el verdadero
ungido del Señor que dará consuelo a los prisioneros y oprimidos. Todos cuantos
padecen la miseria humana verán la luz. En la misma perspectiva Juan Bautista
animó a sus hermanos a emprender un movimiento de renovación interior que
debería cambiar la vida de Israel. Juan y Jesús, enviados por Dios a liberar a
Israel. El discípulo convertido en maestro y Salvador de sus hermanos.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Flp 4, 4. 5
Estén siempre alegres en el Señor, les repito,
estén alegres. El Señor está cerca.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que contemplas a tu pueblo esperando
fervorosamente la fiesta del nacimiento de tu Hijo, concédenos poder alcanzar
la dicha que nos trae la salvación y celebrarla siempre, con la solemnidad de
nuestras ofrendas y con vivísima alegría. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Me alegro en el Señor con toda el alma.
Del libro del profeta Isaias: 61,1-2.10-11
El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha
ungido y me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres, a curar a los
de corazón quebrantado, a proclamar el perdón a los cautivos, la libertad a los
prisioneros, y a pregonar el año de gracia del Señor.
Me alegro en el Señor con toda el alma y me lleno de júbilo en mi Dios, porque me revistió con vestiduras de salvación y me cubrió con un manto de justicia, como el novio que se pone la corona, como la novia que se adorna con sus joyas.
Así como la tierra echa sus brotes y el jardín hace germinar lo sembrado en él, así el Señor hará brotar la justicia y la alabanza ante todas las naciones. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Lucas 1,46-48.49-50.53-54.
R/. Mi espíritu se alegra en Dios, mi salvador.
Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena
de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso los ojos en la humildad de su
esclava. R/.
Desde ahora me llamarán dichosa todas las
generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo
es su nombre, y su misericordia llega de generación en generación a los que lo
temen. R/.
A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos
los despidió sin nada. Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel,
su siervo. R/.
SEGUNDA LECTURA
Conservémonos irreprochables en cuerpo y alma hasta
la llegada del Señor.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los
tesalonicenses: 5,16-24
Hermanos: Vivan siempre alegres, oren sin cesar,
den gracias en toda ocasión, pues esto es lo que Dios quiere de ustedes en
Cristo Jesús. No impidan la acción del Espíritu Santo, ni desprecien el don de
profecía; pero sométanlo todo a prueba y quédense con lo bueno. Absténganse de
toda clase de mal. Que el Dios de la paz los santifique a ustedes en todo y que
todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, se conserve irreprochable hasta la
llegada de nuestro Señor Jesucristo. El que los ha llamado es fiel y cumplirá
su promesa.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Is 61, 1 (cit. en Lc
4, 18)
R/. Aleluya, aleluya.
El Espíritu del Señor está sobre mí, Me ha enviado
para anunciar la buena nueva a los pobres. R/.
EVANGELIO
En medio de ustedes hay uno al que ustedes no
conocen.
Del santo Evangelio según san Juan: 1, 6-8.19-28
Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba
Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos
creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.
Este es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: '¿Quién eres tú?".
El reconoció y no negó quién era. El afirmó: "Yo no soy el Mesías". De nuevo le preguntaron: "¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?". Él les respondió: "No lo soy". "¿Eres el profeta?". Respondió: "No". Le dijeron: "Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?". Juan les contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: Enderecen el camino del Señor, como anunció el profeta Isaías".
Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: "Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?". Juan les respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias". Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado
a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que
es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Confortados por el anuncio de la venida del Señor,
oremos, hermanos, mientras esperamos confiadamente nuestra total liberación.
Digamos confiadamente: R/. Ven Señor Jesús.
Para que Dios visite a la santa Iglesia con su
venida y la gobierne con su asistencia, roguemos al Señor.
Para que con la tutela divina nuestros tiempos sean
tranquilos y nuestra vida feliz, roguemos al Señor.
Para que el Señor con su venida cure los dolores de
los enfermos, dé paz y alegría a los que no la tienen y libre al mundo de todos
los males, roguemos al Señor.
Para que quienes ahora recordamos con piedad la
primera venida del Señor en la carne, merezcamos participar también con gozo en
su gloriosa aparición al final de los tiempos, roguemos al Señor.
Señor Dios, Padre de los pobres y desamparados, que
llamas a todos los hombres a participar de la paz y bienestar de tu reino,
escucha nuestra oración, muéstranos tu bondad y danos un corazón puro y
generoso para allanar el camino al Salvador. El, que vive y reina por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este sacrificio, Señor, que te ofrecemos con
devoción, nunca deje de realizarse, para que cumpla el designio que encierra
tan santo misterio y obre eficazmente en nosotros tu salvación. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
PREFACIO
PREFACIO DE ADVIENTO IV
MARÍA, NUEVA EVA
Este prefacio se dice el cuarto domingo de Adviento
y en las Misas del tiempo, desde el día 17 hasta el día 24 de diciembre, así
como en las restantes Misas que se celebran durante este mismo tiempo y no
tienen prefacio propio.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación alabarte, bendecirte y glorificarte Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno, por el misterio de la Virgen Madre.
Del antiguo adversario nos vino la ruina, pero en el seno virginal de la hija de Sión recibió la vida aquél que nos nutre con el pan de los ángeles, y surgieron para todo el género humano la salvación y la paz.
La gracia que perdimos por Eva nos fue devuelta en María; su maternidad redimida del pecado y de la muerte, se abre al don de una vida nueva. para que, donde abundó el pecado sobreabundara tu misericordia por Cristo, nuestro Salvador.
Por eso nosotros, mientras esperamos la venida de Cristo, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Is 35, 4
Digan a los cobardes: "¡Ánimo, no teman!;
miren a su Dios: viene en persona a salvarlos".
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Imploramos, Señor, tu misericordia, para que estos
divinos auxilios nos preparen, purificados de nuestros pecados, para celebrar
las fiestas venideras.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Is 61,1-2. 10-11; 1 Tes 5,16-24; Jn 1,6-8. 19-28
Me alegro en el Señor con toda el alma y me lleno de júbilo en mi Dios, porque me revistió con vestiduras de salvación y me cubrió con un manto de justicia, como el novio que se pone la corona, como la novia que se adorna con sus joyas.
Así como la tierra echa sus brotes y el jardín hace germinar lo sembrado en él, así el Señor hará brotar la justicia y la alabanza ante todas las naciones. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
R/. Mi espíritu se alegra en Dios, mi salvador.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
R/. Aleluya, aleluya.
Este es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: '¿Quién eres tú?".
El reconoció y no negó quién era. El afirmó: "Yo no soy el Mesías". De nuevo le preguntaron: "¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?". Él les respondió: "No lo soy". "¿Eres el profeta?". Respondió: "No". Le dijeron: "Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?". Juan les contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: Enderecen el camino del Señor, como anunció el profeta Isaías".
Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: "Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?". Juan les respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias". Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Amén.
MARÍA, NUEVA EVA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación alabarte, bendecirte y glorificarte Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno, por el misterio de la Virgen Madre.
Del antiguo adversario nos vino la ruina, pero en el seno virginal de la hija de Sión recibió la vida aquél que nos nutre con el pan de los ángeles, y surgieron para todo el género humano la salvación y la paz.
La gracia que perdimos por Eva nos fue devuelta en María; su maternidad redimida del pecado y de la muerte, se abre al don de una vida nueva. para que, donde abundó el pecado sobreabundara tu misericordia por Cristo, nuestro Salvador.
Por eso nosotros, mientras esperamos la venida de Cristo, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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