sábado, 19 de diciembre de 2020

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20201220

 

El oráculo de Natán nos permite entender la pedagogía de Dios. Aunque los usos y costumbres palaciegos favorecían en Israel una vida de excesos para los descendientes del rey, no se podía olvidar la lección dolorosamente aprendida luego de cuatro siglos de monarquía. La cultura del privilegio es ruinosa. Así lo documenta la ruina de Samaria y Jerusalén. Monarcas arbitrarios y soberbios condujeron al fracaso del pueblo. En cambio, Jesús, el verdadero Hijo de Dios, se deja corregir y amonestar, vive pendiente de la voluntad de Dios. No tiene pretensiones típicas de nuestros autócratas, que se creen infalibles y se asumen como la encarnación genuina de la voluntad popular. La próxima celebración de la Natividad de Jesús nos confirma nuestra certeza fundamental: Dios nos sigue salvando. Desde esa certeza podremos disponer de la claridad necesaria para no dejarnos engatusar por engañosos salvadores, sedientos de poder que reclaman docilidad y servilismo. Nuestro liberador Jesús no cancela jamás nuestra libertad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario