LA PROFECÍA
Deut 18,15-20; Sal 94; 1 Cor 7, 32-35; Mc 1,21-28
El texto de Deuteronomio es clave para la
comprensión de la profecía. Es un texto que ha interesado vivamente al judaísmo
y al cristianismo: suscita preguntas sobre el carácter singular de Moisés, la
conexión entre él y otros profetas, y la expectación de un profeta excepcional,
el Mesías. Implica una actitud acerca de los distintos tipos de adivinación
practicados por los pueblos cananeos y el criterio para distinguir los falsos
profetas. Esencialmente, un profeta no predice el futuro sino que proclama el juicio
de Dios: relaciona a Dios con un contexto específico para ayudar a los que no
saben o no quieren escucharlo a entender sus vidas a la luz de Dios. Es lo que
hace Jesús a través de su ministerio, empezando en Cafarnaúm. Por eso la gente
se asombra de su autoridad y por eso empieza también a rodearse de enemigos.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 105, 47
Sálvanos, Señor y Dios nuestro; reúnenos de entre
las naciones, para que podamos agradecer tu poder santo y sea nuestra gloria el
alabarte.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor Dios nuestro, adorarte con toda
el alma y amar a todos los hombres con afecto espiritual. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Les daré un profeta y pondré mis palabras en su
boca.
Del libro del Deuteronomio: 18, 15-20
En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo:
"El Señor Dios hará surgir en medio de ustedes, entre sus hermanos, un
profeta como yo. A él lo escucharán. Eso es lo que pidieron al Señor, su Dios,
cuando estaban reunidos en el monte Horeb: 'No queremos volver a oír la voz del
Señor nuestro Dios, ni volver a ver otra vez ese gran fuego; pues no queremos
morir'.
El Señor me respondió: 'Está bien lo que han dicho.
Yo haré surgir en medio de sus hermanos un profeta como tú. Pondré mis palabras
en su boca y él dirá lo que le mande yo. A quien no escuche las palabras que él
pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas. Pero el profeta que se atreva a
decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de otros
dioses, será reo de muerte' ". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 94,1-2,7-8,9-10.
R/. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios
que nos salva. Acerquémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias. R/.
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y
bendigamos al Señor, que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros, su
pueblo; él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas. R/.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No
endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus
padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras". R/.
SEGUNDA LECTURA
La mujer soltera se preocupa de las cosas del
Señor.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los
corintios: 7,32-35
Hermanos: Yo quisiera que ustedes vivieran sin
preocupaciones. El hombre soltero se preocupa de las cosas del Señor y de cómo
agradarle; en cambio, el hombre casado se preocupa de las cosas de esta vida y
de cómo agradarle a su esposa, y por eso tiene dividido el corazón.
En la misma forma, la mujer que ya no tiene marido
y la soltera se preocupan de las cosas del Señor y se pueden dedicar a él en
cuerpo y alma. Por el contrario, la mujer casada se preocupa de las cosas de
esta vida y de cómo agradarle a su esposo.
Les digo todo esto para bien de ustedes. Se lo
digo, no para ponerles una trampa, sino para que puedan vivir constantemente y
sin distracciones en presencia del Señor, tal como conviene.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 16
R/. Aleluya, aleluya.
El pueblo que yacía en tinieblas vio una gran luz.
Sobre los que vivían en tierra de sombras una luz resplandeció. R/.
EVANGELIO
No enseñaba como los escribas, sino como quien
tiene autoridad
Del santo Evangelio según san Marcos: 1, 21-28
En aquel tiempo, llegó Jesús a Cafarnaúm y el
sábado siguiente fue a la sinagoga y se puso a enseñar. Los oyentes quedaron
asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como
los escribas.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un
espíritu inmundo, que se puso a gritar: "¿Qué quieres tú con nosotros,
Jesús de Nazaret? ¿Has venido a acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo
de Dios". Jesús le ordenó: "¡Cállate y sal de él!". El espíritu
inmundo, sacudiendo al hombre con violencia y dando un alarido, salió de él.
Todos quedaron estupefactos y se preguntaban: "¿Qué es esto? ¿Qué nueva
doctrina es ésta? Este hombre tiene autoridad para mandar hasta a los espíritus
inmundos y lo obedecen". Y muy pronto se extendió su fama por toda
Galilea. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado
a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que
es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Invoquemos, hermanos, con corazón unánime y
plegaria ferviente, a Dios Padre, fuente y origen de todo bien: (R/.
Escúchanos, Señor.)
Por la santa Iglesia, reunida aquí en el nombre del
Señor y extendida por todo el mundo, roguemos al Señor.
Por nuestra ciudad (nuestro pueblo) de N., por su
prosperidad y por todos los que en ella (él) moran, roguemos al Señor.
Por los que están de viaje, por los enfermos y
prisioneros, por los pobres y todos los que sufren, roguemos al Señor.
Por nuestros hermanos difuntos, para que Dios los
reciba en su reino de luz y felicidad, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que en Cristo, tu Hijo, nos has dado
el único maestro de sabiduría y el verdadero libertador de las fuerzas del mal,
escucha nuestras oraciones y haz que seamos fuertes en la confesión de la fe,
para que proclamemos siempre, de palabra y de obra, tu verdad y demos
testimonio de cómo son felices cuantos en ti ponen su esperanza. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, complacido, estos dones que ponemos
sobre tu altar en señal de nuestra sumisión a ti y conviértelos en el
sacramento de nuestra redención. Por Jesucristo nuestro Señor.
PREFACIO
Nuestra Humanidad salvada por la humanidad de
Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
poderoso y eterno. Porque reconocemos como la obra de tu poder admirable no
sólo haber socorrido nuestra débil naturaleza con la fuerza de tu divinidad,
sino también el haber previsto el remedio de nuestra misma naturaleza mortal, y
así con lo que fue la causa de nuestra ruina, con eso mismo nos diste la
salvación, por Cristo, Señor nuestro. Por Él, los ángeles cantan con júbilo
eterno y nosotros nos unimos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 30,17-18
Vuelve, Señor tus ojos a tu siervo y sálvame por tu
misericordia. A ti, Señor me acojo, que no quede yo nunca defraudado.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que, alimentados con el don de
nuestra redención, este auxilio de salvación eterna afiance siempre nuestra fe
en la verdad. Por Jesucristo nuestro Señor.
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