UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20220508
La música es un elemento imprescindible de cualquier
religión. Según los hindúes, por ejemplo, las divinidades se comunican produciendo
una música que retumba por el universo y que sólo ciertos individuos selectos
pueden oír. Claro que, en nuestra religión católica, Dios se revela por
palabras y acciones. No obstante, la música siempre ha tenido un lugar muy
importante. Los salmos no son meramente poemas, sino la letra de canciones para
cantar. Partes del Nuevo Testamento se originaron como cánticos usados durante
las liturgias, como Fil 2, 6-11 y Ef 3, 1-14. En la historia de la Iglesia ha
habido controversias acerca de la música, como atestiguan las luchas contra los
himnos arrianos en el siglo IV y la discusión durante el Concilio de Trento en
el siglo XVI sobre los instrumentos musicales que se pueden tocar durante la
misa. Nuestra fe necesita la música.
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