jueves, 29 de septiembre de 2022

Texto bíblico Apocalipsis 12, 7-12

 


En el cielo se trabó una gran batalla: Miguel y sus ángeles pelearon contra el dragón. El dragón y sus ángeles lucharon ferozmente, pero fueron vencidos y arrojados del cielo para siempre. Así, el dragón, que es la antigua serpiente, la que se llama Diablo y Satanás, la que engaña al mundo entero, fue precipitado a la tierra, junto con sus ángeles.
 
Entonces yo, Juan, oí en el cielo una voz poderosa, que decía: "Ha sonado la hora de la victoria de nuestro Dios, de su dominio y de su reinado, y del poder de su Mesías, porque ha sido reducido a la impotencia el que de día y de noche acusaba a nuestros hermanos, delante de Dios. Pero ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el testimonio que dieron, pues su amor a la vida no les impidió aceptar la muerte. Por eso, alégrense los cielos y todos los que en ellos habitan".
 
Reflexión
 
Este pasaje de la Escritura deja claro que el demonio existe y que tiene poder, sin embargo, su poder ha "sido reducido a la impotencia" mediante la victoria de Cristo. Por ello decía san Pablo: "Todo lo puedo en aquel que me conforta". Una de las cosas fundamentales que el hombre debe aprender y ser consciente es de su debilidad.
 
Solamente cuando aceptamos nuestra condición de flaqueza, seremos entonces capaces de pedir a Dios su ayuda y de dejar que sea precisamente su poder el que nos dé la victoria. Muchos hermanos se pasan la vida luchando afanosamente por superar una tentación sin lograr muchos resultados. Y es que la fuerza no está en el hombre sino en Cristo. Es necesario que él venza.
 
Para ello es de suma importancia darle más espacio en nuestra vida, dejar que él lo llene todo, que él lo conduzca todo, que su Evangelio llegue realmente a ser la norma de nuestra vida. La oración que se alarga y se hace profunda intimidad va abriendo espacio para que Dios, por medio del Espíritu Santo, venza en nuestra batalla y nos lleve a la victoria final. Ábrele espacio en tu agitado día para que tu oración se alargue y pueda profundizar en Dios.

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