sábado, 3 de septiembre de 2022

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20220904

 

La vida cristiana no es ni estática, ni monolítica. No se queda de la misma forma a lo largo de las etapas de nuestra existencia en la Tierra. Puede ser que algunos la empiecen como cristianos por nacimiento. Luego se les presentan retos -la muerte de un ser querido, plegarias que no parecen escuchadas, dudas acerca de la existencia de Dios- y tienen que decidir si van a profundizar su fe o abandonarla. Puede ser que otros que la han abandonado, se den cuenta del tesoro que han perdido y resuelvan creer más auténticamente. Hay temporadas, niveles y ciclos de la fe cristiana. Tenemos que reconocer esta verdad, responder a los cambios a los que Dios nos invita, abstenernos de criticar a los demás por estar en una etapa diferente de la nuestra, y nunca perder de vista la meta, la unión con Dios.

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