La Iglesia católica tiene un gran número de santos patronos
para las personas que sufren enfermedades incurables y contagiosas. San Judas,
el patrón de causas perdidas, san Peregrino, patrón de los que sufren de cáncer
son tal vez de los más famosos. Sin embargo, también tiene santos contra el
reumatismo, la gota, y la epilepsia (san Mauro), la diabetes (santa Paulina),
el alcoholismo (san Matías), las enfermedades mentales (santa Dimpna), y muchos
otros. Este gran número de patronos revela la importancia dada por la Iglesia
al cuidado de los que padecen de malestares prolongados. Es un deber que abraza
un marco de actividades, desde el estudio de tales enfermedades, por los
investigadores médicos, pasando por el cuidado personal de cada enfermo, hasta
la necesidad de cambiar la sociedad para que, en vez de ignorar a tales
enfermos, se ofrezcan espacios para cuidados con dignidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario