«Los nombres de los apóstoles son estos. Se menciona la lista de los
apóstoles para excluir a los falsos apóstoles que aparecerían en el futuro.
Primero Simón, llamado Pedro y su hermano Andrés. A aquel que sondea el secreto
de los corazones le correspondía asignar el orden de los apóstoles y los
méritos de cada uno de ellos. En primer lugar es nombrado Simón llamado Pedro,
para distinguirlo del otro Simón llamado Cana neo, de la aldea de Caná en
Galilea, donde el Señor cambió el agua en vino. También a Santiago lo llama
hijo de Zebedeo porque después hay otro Santiago hijo de Alfeo. Asocia a los
apóstoles agrupándolos de dos en dos. Uno a Pedro y Andrés menos por la sangre
que por el espíritu; Santiago y Juan, que abandonando a su padre según la
carne, siguieron al verdadero Padre; Felipe y Bartolomé, también Tomás y Mateo
el publicano. Los otros evangelistas al agrupar los nombres ponen primero a
Mateo y después a Tomás y no agregan el apelativo de publicano para que no
parezca que desprecian al evangelista recordando su anterior género de vida.
Pero él, como dijimos arriba, se coloca después de Tomás y se llama a sí mismo
publicano para que donde abundó el pecado sobreabunde la gracia, Simón Cananeo.
Éste es el mismo que en otro evangelio es llamado Zelotes. Caná significa celo.
En cuanto al apóstol Tadeo, la historia eclesiástica narra que fue enviado a
Edesa a Abgar, rey de Osroene. El evangelista Lucas lo llama Judas de Santiago
y en otro lugar es llamado Zebedeo, que significa "hombre de corazón".
Hay que pensar que tenía tres nombres, como Simón fue llamado Pedro y los hijos
de Zebedeo Boanerges, por la firmeza y grandeza de su fe» (San Jerónimo
[342-420]. Evangelio de san Mateo).
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