En la Biblia
hay dos especies de miedo. Uno es el temor que provoca una amenaza a nuestra
seguridad personal, como una enfermedad grave o un ataque violento. Así fue,
por ejemplo, el temor de Jeremías ante sus perseguidores (Jer 20,10) o el de
los discípulos ante "los que matan el cuerpo" (Mt 10,28). La reacción
a tal temor típicamente humano debe ser una lucha valerosa contra las amenazas
y la confianza en el Señor. La otra especie de temor es religiosa: es la
reverencia que uno experimenta en la presencia de Dios, como la que tuvo Moisés
en frente de la zarza ardiente (Éx 3, 6) o que los discípulos tuvieron a causa
de los milagros que llevó a cabo Jesús (Lc 5, 9-11). Este temor debe ser
cultivado porque es esencialmente la humildad y el amor a Dios.
Remar Mar Adentro, pretende, como laicos comprometidos, presentar temas de reflexión para vivir el reino de Dios; levantando las anclas en una tarea asumida generosamente. Ricardo Huante Magaña
viernes, 23 de junio de 2023
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20230625
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