Las apariciones de Jesús, después de su resurrección.
Según la tradición católica, Jesús tuvo muchas apariciones
después de su resurrección. Algunas de las principales son:
A María Magdalena en el jardín: El Domingo de
Resurrección, Jesús se apareció a María Magdalena cerca del sepulcro en
Jerusalén. "Jesús le dijo: 'María'. Ella se volvió y le dijo en hebreo:
'Rabuní', que significa 'maestro'. Jesús le dijo: 'No me retengas todavía,
porque aún no he subido al Padre. Vete a mis hermanos y diles: 'Subo a mi Padre
y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios'." Cf. Juan 20, 16-17; Marcos 16,
9-11
Jesús también se apareció a las mujeres que acudieron
al sepulcro temprano en la mañana y están de camino, posiblemente de regreso a
casa. Les habló, diciéndoles que no temieran y que informaran a sus discípulos
sobre su resurrección. Cf. Mateo 28, 9
A los discípulos en el camino a Emaús: También en el
Domingo de Resurrección, Jesús se unió a dos de sus discípulos en el camino a Emaús,
“Al llegar a Emaús, hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron para
que se quedara con ellos, diciendo: 'Quédate con nosotros, porque ya es tarde y
el día se acaba'. Jesús entró y se quedó con ellos. Y mientras estaban a la
mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio." En ese momento lo
reconocieron. Cf. Lucas 24,13-32.
El Señor se le aparece a Pedro. Cuando los discípulos
de Jesús regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los Once y a los
demás que estaban con ellos, y estos les dijeron: «Es verdad, ¡el Señor ha
resucitado y se apareció a Simón!». Cf. Lc 24, 34; 1 Cor 15, 5.
A los discípulos en una casa en Jerusalén donde estaban
reunidos los discípulos, a puerta cerrada por miedo a los judíos. Tomás no
estaba presente. Vino Jesús, se puso en medio de ellos y les dijo: 'La paz esté
con vosotros'. Y les mostró sus manos y su costado. A los discípulos en el
aposento alto: Jesús se apareció a sus discípulos en un aposento alto,
mostrándoles las heridas de sus manos y costado para demostrar su resurrección.
En esta aparición, también les dio el mandato de predicar el evangelio y les
prometió el don del Espíritu Santo. Cf. Juan 20, 19-20
Jesús aparece de nuevo a los Apóstoles reunidos. Ocho
días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba
con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso
en medio de ellos y les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Luego dijo a Tomás:
«Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado.
En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe». Tomas respondió: ¡Señor mío
y Dios mío! (cf. Jn 20, 24-29).
En el lago Tiberíades: "Jesús estaba allí, en la
orilla, pero ellos no lo reconocieron. Jesús les dijo: 'Muchachos, ¿tienen algo
de comer?' Ellos le respondieron: 'No'. Él les dijo: 'Echen la red a la derecha
de la barca y encontrarán'. La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de
pescados." Cf. Juan 21, 4-6
Tenemos las referencias de otras apariciones que San
Pablo menciona: sin que tengamos detalles de ellas: “Se apareció a Pedro y
después a los Doce. Luego se apareció a más de quinientos hermanos al mismo
tiempo, la mayor parte de los cuales vive aún, y algunos han muerto. Además, se
apareció a Santiago y de nuevo a todos los Apóstoles. Por último, se me
apareció también a mí, que soy como el fruto de un aborto”. Cf. 1Cor 15, 5-8
Otras apariciones de Jesús a sus discípulos son
narradas en los Hechos de los Apóstoles Cf. Hch 1, 3-11: “Después de su Pasión, Jesús se
manifestó a ellos dándoles numerosas pruebas de que vivía, y durante cuarenta
días se le apareció y les habló del Reino de Dios. En una ocasión, mientras
estaba comiendo con ellos, les recomendó que no se alejaran de Jerusalén y
esperaran la promesa del Padre: «La promesa, les dijo, que yo les he anunciado.
Porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu
Santo, dentro de pocos días. Los que estaban reunidos le preguntaron: «Señor,
¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?» Él les respondió: «No les
corresponde a ustedes conocer el tiempo y el momento que el Padre ha
establecido con su propia autoridad. Pero recibirán la fuerza del Espíritu
Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda
Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra». Dicho esto, los Apóstoles
lo vieron elevarse, y una nube lo ocultó de la vista de ellos. «Hombres de
Galilea, ¿por qué siguen mirando al cielo? Este Jesús que les ha sido quitado y
fue elevado al cielo, vendrá de la misma manera que lo han visto partir».
La aparición final y la Ascensión:
“Después Jesús los llevó hasta las proximidades de Betania y, elevando sus
manos, los bendijo. Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al
cielo. Los discípulos, que se habían postrado delante de él, volvieron a
Jerusalén con gran alegría, y permanecían continuamente en el Templo alabando a
Dios” Lc 24, 50-53
Las apariciones de Jesús después de su resurrección
tienen un profundo significado para los cristianos. Aquí hay algunas
interpretaciones clave:
Confirmación de la resurrección: Las apariciones de
Jesús a sus seguidores confirmaron que había resucitado de entre los muertos.
Esto validó su identidad como el Hijo de Dios y cumplió las profecías del
Antiguo Testamento.
Esperanza y vida eterna: Las apariciones brindaron
esperanza a los discípulos y a toda la comunidad cristiana. La resurrección de
Jesús demostró que la muerte no tenía la última palabra y que la vida eterna
estaba disponible para todos.
Comisión y misión: En varias apariciones, Jesús
encomendó a sus seguidores la tarea de predicar el evangelio y hacer discípulos
en todo el mundo. Estas comisiones dieron un propósito claro a la vida de los
creyentes.
Superación del miedo: Los discípulos estaban llenos de
miedo y dudas después de la crucifixión. Las apariciones de Jesús les dieron
paz y confianza, permitiéndoles superar sus temores y ser testigos valientes.
Comunión y relación: Las apariciones proporcionaron
momentos de comunión personal con Jesús. Compartió comidas con ellos, les
mostró sus heridas y les recordó su amor inquebrantable.
En resumen, las apariciones de Jesús después de su
resurrección son fundamentales para la fe cristiana, ya que confirman la
victoria sobre la muerte, inspiran esperanza y establecen la misión de
compartir el mensaje del evangelio con el mundo.
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