UNA LUCHA ES DESENCADENADA
Gén 3, 9-15; Sal 129; 2 Cor 4, 13-5,1; Mc 3,20-35
En la primera lectura, una lucha está anunciada. Los primeros seres
humanos han desobedecido el mandamiento divino de no comer del árbol y, por
tanto, han permitido al mal entrar en el mundo. Ahora, la lucha entre el bien y
el mal está predicha por las palabras divinas a la serpiente: "pondré
enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo" (v. 15). Es un
anuncio que la tradición cristiana ha llamado el "Protoevangelio". El
desencadenamiento pleno de esta lucha es la venida de Jesús en el mundo. Esto
se sugiere en el Evangelio de hoy cuando Jesús explica a los maestros de la Ley
que no expulsa los demonios por el poder de su jefe sino porque es Dios quien
ha llegado al mundo para luchar contra el mal y vencerlo.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 26, 1-2
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la
defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? Cuando me asaltan mis enemigos,
tropiezan y caen.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios, de quien todo bien procede, escucha nuestras súplicas y
concédenos que comprendiendo, por inspiración tuya, lo que es recto, eso mismo,
bajo tu guía lo hagamos realidad.
Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El Señor puso enemistad entre la serpiente y la mujer.
Del libro del Génesis: 3, 9-15
Después de que el hombre y la mujer comieron del fruto del árbol
prohibido, el Señor Dios llamó al hombre y le preguntó: “¿Dónde estás?”. Éste
le respondió: “Oí tus pasos en el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo, y
me escondí”. Entonces le dijo Dios: “¿Y quién te ha dicho que estabas desnudo?
¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?”.
Respondió Adán: “La mujer que me disté por compañera me ofreció del
fruto del árbol y comí”. El Señor Dios dijo a la mujer: “¿Por qué has hecho
esto?”. Repuso la mujer: “La serpiente me engañó y comí”.
Entonces dijo el Señor Dios a la serpiente: “Porque has hecho esto,
serás maldita entre todos los animales y entre todas las bestias salvajes. Te
arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré
enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya; y su
descendencia te aplastará la cabeza, mientras tú tratarás de morder su talón”.
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 129, 12-13. 15. 16bc.17-18.
R/. Perdónanos, Señor, y viviremos.
Desde el abismo de mis pecados clamo a ti; Señor, escucha mi clamor;
que estén atentos tus oídos a mi voz suplicante. R/.
Si conservaras el recuerdo de las culpas, ¿quién habría, Señor, que se
salvara? Pero de ti procede el perdón, por eso con amor te veneramos. R/.
Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra; mi alma
aguarda al Señor, mucho más que a la aurora el centinela. R/.
Como aguarda a la aurora el centinela, aguarda Israel al Señor, porque
del Señor viene la misericordia y la abundancia de la redención, y él redimirá
a su pueblo de todas sus iniquidades. R/.
SEGUNDA LECTURA
Creemos y por eso hablamos.
De la carta del apóstol san Pablo a los corintios: 4, 13–5, 1
Hermanos: Como poseemos el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel
texto de la Escritura: Creo, por eso hablo, también nosotros creemos y por eso
hablamos, sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a
nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes. Y todo esto es para
bien de ustedes, de manera que, al extenderse la gracia a más y más personas,
se multiplique la acción de gracias para gloria de Dios.
Por esta razón no nos acobardamos; pues aunque nuestro cuerpo se va
desgastando, nuestro espíritu se renueva de día en día. Nuestros sufrimientos
momentáneos y ligeros nos producen una riqueza eterna, una gloria que los
sobrepasa con exceso.
Nosotros no ponemos la mira en lo que se ve, sino en lo que no se ve,
porque lo que se ve es transitorio y lo que no se ve es eterno. Sabemos que,
aunque se desmorone esta morada terrena, que nos sirve de habitación, Dios nos
tiene preparada en el cielo una morada eterna, no construida por manos humanas.
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 12, 31-32
R/. Aleluya, aleluya.
Ya va a ser arrojado el príncipe de este mundo. Cuando yo sea levantado
de la tierra, atraeré a todos hacia mí, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Satanás ha llegado a su fin.
Del santo Evangelio según san Marcos: 3, 20-35
En aquel tiempo, Jesús entró en una casa con sus discípulos y acudió
tanta gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse sus parientes, fueron a
buscarlo, pues decían que se había vuelto loco.
Los escribas que habían venido de Jerusalén decían acerca de Jesús:
“Este hombre está poseído por Satanás, príncipe de los demonios, y por eso los
echa fuera”.
Jesús llamó entonces a los escribas y les dijo en parábolas: “¿Cómo
puede Satanás expulsar a Satanás? Porque si un reino está dividido en bandos
opuestos, no puede subsistir. Una familia dividida tampoco puede subsistir. De
la misma manera, si Satanás se rebela contra sí mismo y se divide, no podrá
subsistir, pues ha llegado su fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre
fuerte y llevarse sus cosas, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la
casa.
Yo les aseguro que a los hombres se les perdonarán todos sus pecados y
todas sus blasfemias. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo nunca
tendrá perdón; será reo de un pecado eterno”.
Jesús dijo esto, porque lo acusaban de estar poseído por un espíritu
inmundo.
Llegaron entonces su madre y sus parientes; se quedaron fuera y lo
mandaron llamar. En torno a él estaba sentada una multitud, cuando le dijeron:
“Ahí fuera están tu madre y tus hermanos, que te buscan”.
Él les respondió: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?”.
Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: “Éstos son mi
madre y mis hermanos. Porque el que cumple la voluntad de Dios, ése es mi
hermano, mi hermana y mi madre”.
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Dirijamos, hermanos, nuestra oración a Dios Padre misericordioso, con
aquella confianza filial que el Espíritu de Cristo ha infundido en nuestros
corazones, diciendo: Padre, escúchanos. (R/. Padre, escúchanos.)
Por el santo Padre, el Papa N., para que Dios, que lo eligió como
obispo de toda la Iglesia, le conceda una vida larga y feliz y lo asista en la
misión de gobernar el pueblo santo de Dios, roguemos al Señor.
Por nuestra patria y por sus gobernantes, por todas las naciones y sus
responsables: para que Dios les inspire pensamientos y decisiones encaminados a
una paz verdadera, roguemos al Señor.
Por los que están en camino de conversión, por los que se preparan a
recibir el bautismo o preparan el bautismo de sus hijos: para que Dios, nuestro
Señor, les abra en sus sacramentos las puertas de su misericordia e introduzca
a los nuevos hijos de la Iglesia en la vida nueva de Cristo Jesús, roguemos al
Señor.
Por nuestros familiares y amigos enfermos, para que Dios, nuestro
Señor, escuche sus súplicas, realice sus deseos y haga que, en su tribulación,
experimenten el gozo de la misericordia divina, roguemos al Señor.
Padre santo, que has enviado a tu Hijo para libramos de la esclavitud
de Satanás, escucha nuestras oraciones y sostennos con la armadura de la fe,
para que en la lucha cotidiana contra el Maligno participemos de la victoria
pascual de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad nuestro servicio para que esta ofrenda se
convierta para ti en don aceptable y para nosotros, en aumento de nuestra
caridad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Nuestra Humanidad salvada por la humanidad de Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios poderoso y eterno.
Porque reconocemos como la obra de tu poder admirable no sólo haber socorrido
nuestra débil naturaleza con la fuerza de tu divinidad, sino también el haber
previsto el remedio de nuestra misma naturaleza mortal, y así con lo que fue la
causa de nuestra ruina, con eso mismo nos diste la salvación, por Cristo, Señor
nuestro. Por Él, los ángeles cantan con júbilo eterno y nosotros nos unimos a
sus voces, cantando humildemente tu alabanza
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 17, 3
Señor, tú eres mi fortaleza, mi refugio, mi liberación y mi ayuda. Tú
eres mi Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
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