La esperanza es una de las tres
principales virtudes cristianas, junto con el amor y la fe (por ejemplo, 1 Tes
1, 3; 1 Cor 13, 13; y Heb 10,22-25). No obstante, la fe y el amor han recibido
mucha atención por parte de la Iglesia, mientras que la esperanza ha sido
desatendida o hasta olvidada, quizá porque tiene que ver con un futuro que no
es nada claro o porque es asociada con grupos extremos que hacen predicciones
extrañas sobre el futuro. Es sólo al inicio del siglo pasado que la esperanza
ha sido "recordada" por exégetas como Albert Schweitzer (1875-1965)
quienes resaltaron los elementos escatológicos en los evangelios, y por
teólogos como Jürgen Moltmann (n. 1926). En un mundo afligido por la
desesperanza y el cinismo, un discurso cristiano más extenso sobre la esperanza
es una necesidad.
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