viernes, 7 de junio de 2024

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240609

La realidad del mal ha llamado la atención de creyentes desde sus principios, pero no siempre ha sido percibida sabiamente. Por un lado, algunos han adoptado una concepción apocalíptica del mal, según la cual hay una división rígida y clara entre éste y el bien. Pero esta concepción hace caso omiso de que los dos se mezclan de manera compleja cuando se encuentran en la vida cotidiana. Por otro lado, algunos han concebido el mal como si fuera una u otra enfermedad psicológica, explicable por medio de la psiquiatría. Pero esta concepción es una especie de reduccionismo que hace caso omiso de las facetas inhumanas e irrazonables del mal. En último análisis, el mal debe ser concebido como un misterio en que debemos pensar críticamente y contra el cual tenemos que luchar junto con el Señor.                                                         

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