De acuerdo con la famosa frase: "el ser humano es la medida de
todas las cosas". Ésta es una opinión que muchos pensadores antiguos
compartieron, aunque fue el filósofo Protágoras (ca. 485 ca. 411 a. C.) quien
la formuló en la forma que conocemos. Hoy, sin embargo, es una frase ignorada
por muchos, como en las guerras que diezman poblaciones, la violencia que
destruye regiones y la economía cruel que trata al ser humano como una cosa por
explotarse. Según la fe cristiana, no puede ser así. De hecho, para nuestra fe,
no es sólo que el ser humanos la medida de todas las cosas. Es más radical: son
los seres humanos más débiles -los pobres- quienes son la medida de la justicia
de una sociedad, la autenticidad de nuestra religión y, en síntesis, de todas
las cosas.
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