martes, 27 de septiembre de 2011

¿Violamos los Católicos la ley de Dios al celebrar el domingo?


Al contrario. Al celebrar el domingo somos fieles a Jesucristo y su obra. 
Jesús no vino a abolir el Antiguo Testamento, pero si para darle cumplimiento con su muerte y resurrección. Todo se cumple en El.

Vemos en muchos textos como Jesucristo, para dar cumplimiento, presenta la ley antigua en una nueva forma que sorprende a sus oyentes por su novedad y exigencia. La ley queda así perfeccionada en Cristo. Por ejemplo, Jesús dice en Mateo 5:27 "Habéis oído que se dijo: "No cometerás adulterio." Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.". Jesús no está "cambiando la Biblia" sino revelando un sentido mas profundo que solo podía conocerse por su enseñanza y por la gracia del Espíritu que El nos da. Igualmente, la Iglesia no "cambia la Biblia" cuando es fiel a la interpretación que se le ha dado desde los primeros siglos por todos los cristianos.
La celebración del día del Señor en domingo se fundamenta en que Jesucristo es en si mismo quién se ofrece al Padre para hacer posible el culto a Dios en espíritu y en verdad. El mismo puso fin al culto que se daba el sábado.
Hoy es imposible continuar celebrando el culto del sábado según el Antiguo Testamento. Aquel se centraba en el Templo de Jerusalén, el cual fue destruido por los romanos en 70 dC. Tampoco hay ya sacrificio de animales como requería la antigua alianza. Todo eso encuentra su cumplimiento en Cristo. El mismo es el Nuevo Templo, y el Cordero del Sacrificio y el Sacerdote Eterno. El mismo es el sacrificio del culto agradable al Padre.
Jesús dijo «Destruid este Santuario y en tres días lo levantaré.» (Juan 2:19) Muchos lo entendieron en forma literal y se escandalizaron de Jesús, como se escandalizan hoy los adventistas del culto en domingo. Pero Jesús hablaba del Nuevo Templo: Su propio Cuerpo, que resucitaría al tercer día: El domingo. Jesús se presentó a los Apóstoles el domingo de Resurrección y allí comenzaron a adorarle. Al Padre los cristianos le damos culto Por Cristo, Con El y En El.
Vemos además en los evangelios como Jesucristo se enfrenta con los fariseos que quieren aferrarse a un cumplimiento literal del sábado porque no aceptan a Jesús. Jesús enseña que El es Señor del sábado (cf. Mt 12,8. ver también Lc 13,15).
Estemos claros que Jesús no vino a diluir la ley de modo que cada uno la cambie como quiera. Solo Cristo puede hacerlo todo nuevo y El actúa y enseña por medio de Su Iglesia.
El culto ya no es el sábado porque el antiguo culto cede el paso a Cristo resucitado el domingo ("domingo" viene del latín: "domini", día del Señor). Desde el principio los cristianos cumplen con el tercer mandamiento del Decálogo celebrando el domingo la resurrección con la Santa Misa.
Juan Pablo II trata el tema del Día del Señor en profundidad en su encíclica "DIES DOMINI". Para estudiar el sentido del día del Señor a profundidad le recomiendo que la lea. Aquí solo presento el número 59:
Este aspecto festivo del domingo cristiano pone de relieve de modo especial la dimensión de la observancia del sábado veterotestamentario. En el día del Señor, que el Antiguo Testamento vincula a la creación (cf. Gn 2, 1-3; Ex 20, 8-11) y del Éxodo (cf. Dt 5, 12-15), el cristiano está llamado a anunciar la nueva creación y la nueva alianza realizadas en el misterio pascual de Cristo. La celebración de la creación, lejos de ser anulada, es profundizada en una visión cristocéntrica, o sea, a la luz del designio divino de « hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra » (Ef 1,10). A su vez, se da pleno sentido también al memorial de la liberación llevada a cabo en el Éxodo, que se convierte en memorial de la redención universal realizada por Cristo muerto y resucitado. El domingo, pues, más que una «sustitución» del sábado, es su realización perfecta, y en cierto modo su expansión y su expresión más plena, en el camino de la historia de la salvación, que tiene su culmen en Cristo.
Lamentablemente, nuestros hermanos adventistas, fundados en USA hace poco mas de un siglo, no conocen la Santa Misa, la cual es el culto mas perfecto que le ofrecemos a Dios. ¿De qué vale pelear por el día del culto si ni siquiera se acepta el culto mismo?.
Para entender la Biblia hay que situarse con la Iglesia en la mente de Cristo que interpreta el Antiguo Testamento de una forma nueva y sin embargo mas fiel.
Nadie cose un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, pues de otro modo, lo añadido tira de él, el paño nuevo del viejo, y se produce un desgarrón peor.
Nadie echa tampoco vino nuevo en pellejos viejos; de otro modo, el vino reventaría los pellejos y se echaría a perder tanto el vino como los pellejos: sino que el vino nuevo, en pellejos nuevos.
Y sucedió que un sábado, cruzaba Jesús por los sembrados, y sus discípulos empezaron a abrir camino arrancando espigas.
Decían le los fariseos: «Mira ¿por qué hacen en sábado lo que no es lícito?»
El les dice: «¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y él y los que le acompañaban sintieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios, en tiempos del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió los panes de la presencia, que sólo a los sacerdotes es lícito comer, y dio también a los que estaban con él?»
Y les dijo: «El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado.
De suerte que el Hijo del Hombre también es Señor del sábado.» (Mc 2, 27-28)

No hay comentarios:

Publicar un comentario