CREO EN UN SOLO DIOS[1]
Nuestra profesión
de fe comienza por Dios, porque Dios es "el primero y el [...]
último" (Is44, 6), el principio y el fin de todo. El Credo comienza por
Dios Padre, porque el Padre es la primera Persona divina de
la Santísima Trinidad; nuestro Símbolo se inicia con la creación del cielo y de
la tierra, ya que la creación es el comienzo y el fundamento de todas las obras
de Dios.
"Creo en Dios": Esta primera afirmación
de la Profesión de fe es también la más fundamental. Todo el Símbolo habla de
Dios, y si habla también del hombre y del mundo, lo hace por relación a Dios.
Todos los artículos del Credo dependen del primero, así como los mandamientos
son explicitaciones del primero. Los demás artículos nos hacen conocer mejor a
Dios tal como se reveló progresivamente a los hombres. Con razón los fieles
confiesan que los más importante de todo es creer en Dios" (Catecismo
Romano, 1,2,2).
"Creo en un solo Dios"
Con estas palabras
comienza el Símbolo Niceno-Constantinopolitano. La confesión de la unicidad de
Dios, que tiene su raíz en la Revelación Divina en la Antigua Alianza, es
inseparable de la confesión de la existencia de Dios y asimismo también
fundamental. Dios es Único: no hay más que un solo Dios: "La fe cristiana
cree y confiesa que hay un solo Dios [...] por naturaleza, por substancia y por
esencia (Catecismo Romano, 1,2,2).
A Israel, su
elegido, Dios se reveló como el Único: "Escucha Israel: el Señor nuestro
Dios es el único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda
tu alma y con toda tu fuerza" (Dt 6,4-5).
Por los profetas, Dios llama a Israel y a todas las naciones a volverse a Él,
el Único: "Volveos a mí y seréis salvados, confines todos de la tierra,
porque yo soy Dios, no existe ningún otro [...] ante mí se doblará toda rodilla
y toda lengua jurará diciendo: ¡Sólo en Dios hay victoria y fuerza!" (Is 45,22-24; cf. Flp 2,10-11).
Jesús mismo
confirma que Dios es "el único Señor" y que es preciso amarle con
todo el corazón, con toda el alma, con todo el espíritu y todas las fuerzas
(cf. Mc 12,29-30). Deja al mismo tiempo
entender que Él mismo es "el Señor" (cf. Mc 12,35-37). Confesar que "Jesús es
Señor" es lo propio de la fe cristiana. Esto no es contrario a la fe en el
Dios Único. Creer en el Espíritu Santo, "que es Señor y dador de
vida", no introduce ninguna división en el Dios único:
- Creemos firmemente y confesamos que hay un solo verdadero Dios, inmenso e inmutable, incomprensible, todopoderoso e inefable, Padre, Hijo y Espíritu Santo: Tres Personas, pero una sola esencia, substancia o naturaleza absolutamente simple (Concilio de Letrán IV: DS 800).
[1] CEC (Catecismo de la Iglesia Católica por sus
siglas en latín) 198-202
COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
ResponderEliminarEN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años