viernes, 27 de febrero de 2015

II DOMINGO DE CUARESMA Ciclo B domingo 1 de marzo 2015



II DOMINGO DE CUARESMA Ciclo B domingo 1 de marzo 2015


Antífona de Entrada

Mi corazón me habla de ti diciendo: “Busca su rostro”. Tu faz estoy buscando, Señor; no me escondas tu rostro. (Cfr. Sal 26, 8-9)

No se dice Gloria.


Oración Colecta

Señor Dios, que nos mandaste escuchar a tu Hijo muy amado, dígnate alimentarnos íntimamente con tu palabra, para que, ya purificada nuestra mirada interior, nos alegremos en la contemplación de tu gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo...


Primera Lectura

Monición.- Dios la prometió a Abraham que sería padre de un gran pueblo no obstante su edad. Cuando nace Isaac, le pide otro acto de obediencia y de fe. Dios siempre pedirá al hombre fe, obediencia y colaboración para realizar sus proyectos.

Lectura del libro del Génesis (22, 1-2. 9-13. 15-18)

En aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo: “¡Abraham, Abraham!” El respondió: “Aquí estoy”. Y Dios le dijo: “Toma a tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de Moria y ofrécemelo como sacrificio, en uno de los montes que yo te indicaré”.  
Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó un altar y acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el altar, encima de la leña y tomó el cuchillo para degollarlo.
Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo: “¡Abraham, Abraham!” Él contestó: “Aquí estoy”. El ángel le dijo: “No descargues la mano contra tu hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no le has negado a tu hijo único”.
Abraham levantó los ojos y vio un carnero, enredado por los cuernos en la maleza. Atrapó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo y le dijo: “Juro por mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme negado a tu hijo único, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y las arenas del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades enemigas. En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque obedeciste a mis palabras”. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.


Salmo Responsorial Salmo 115
R- Siempre confiaré en el Señor.

Aún abrumado de desgracias, siempre confié en Dios. A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. /R

De la muerte, Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava; te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. /R

Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo, en medio de su templo santo, que está en Jerusalén. /R


Segunda Lectura

Monición.- San Pablo no ilustra sobre la ganancia que tenemos en Cristo; es la presencia de Dios que lava los pies al hombre, lo ama, le sirve, se entrega y salva. De Cristo sólo esperamos amor, perdón y misericordia.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos (8, 31-34)

Hermanos: Si Dios está a nuestro favor, ¿quién estará en contra nuestra? El que no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no va a estar dispuesto a dárnoslo todo, junto con su Hijo? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Si Dios mismo es quien los perdona, ¿quién será el que los condene? ¿Acaso Jesucristo, que murió, resucitó y está a la derecha de Dios para interceder por nosotros? Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.


Aclamación antes del Evangelio
 R. Honor y gloria a ti,  Señor Jesús.

En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre, que decía: “Este es mi Hijo amado: escúchenlo”. /R


Evangelio

Monición.- Con la transfiguración de Jesús revela su divinidad a los Doce, con la finalidad de confirmarlos en la fe. San Marcos describe todos los signos de la divinidad de Jesús con los que los discípulos creyeron en él crucificado.

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (9, 2-10)
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia. Sus vestiduras se pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie puede lograr sobre la tierra. Después se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué a gusto estamos aquí! Hagamos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. En realidad no sabía lo que decía, porque estaban asustados.
Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra, y de esta nube salió una voz que decía: “Este es mi Hijo amado; escúchenlo”.  En ese momento miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús, que estaba solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos guardaron esto en secreto, pero discutían entre sí qué querría decir eso de ‘resucitar de entre los muertos’. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.


Oración de los Fieles

Oremos a Dios Padre, de quien proviene todo bien, y convencidos de que su providencia guía nuestros pasos, digámosle:

R. Escúchanos, Señor, esperamos en Ti.

Por la Iglesia: que en su vida resplandezca el amor del Padre que ama y salva a su pueblo. Oremos.

Por los que han sido ungidos por el Señor y sirven a su pueblo: que escuchen la Palabra de Dios, la hagan vida y la prediquen con fidelidad y convicción. Oremos.

Por los pueblos del mundo que no conocen la paz, la justicia y el bienestar: que los gobernantes de cada nación se comprometan a conseguirlas y garanticen el respeto a los derechos de todo ser humano. Oremos.

Por los que con generosidad siguen al Señor y no se reservan nada para sí: que su entrega dé frutos de santidad y sean ejemplo para cuantos buscan a Dios. Oremos.

Por los que viven en pecado, los que se cierran a la verdad, los que no quieren o no pueden creer: que Dios, por los méritos de su Hijo, se les manifieste como luz, camino y verdad para sus vidas. Oremos.

Por esta asamblea: para que la celebración de la Palabra y de la fracción del pan fortalezca nuestra fe para vivir con austeridad este tiempo de conversión. Oremos.
Celebrante:

Escucha, Padre, a tu pueblo que viene a tu presencia y te suplica, y haz que siempre que te invoquemos tengamos la certeza de que Tú nos escuchas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.


Oración sobre las Ofrendas

Te rogamos, Señor, que estos dones borren nuestros pecados y santifiquen el cuerpo y el alma de tus fieles, para celebrar dignamente las fiestas pascuales.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.


Prefacio propio
La transfiguración del Señor.

El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.Porque él mismo, después de anunciar su muerte a los discípulos, les mostró en el monte santo el esplendor de su gloria, para testimoniar, de acuerdo con la ley y los profetas, que la pasión es el camino de la resurrección.
Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...


Antífona de la Comunión

Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo.


Oración después de la Comunión

Al recibir, Señor, este glorioso sacramento, queremos darte gracias de todo corazón porque así nos permites, desde este mundo, participar ya de los bienes del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.


Oración a favor del Pueblo

Bendice, Señor, a tus fieles con una bendición perpetua, y haz que de tal manera acojan el Evangelio de tu Hijo, que puedan debida y felizmente desear y alcanzar la gloria que él manifestó a los apóstoles.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario